Una niña de unos 5 años cuyo cuerpo ha sido localizado este sábado en el mar frente a las costas de Steccato di Cutro, en la región de Calabria, es la 74 víctima oficial del naufragio del pasado 26 de febrero en el sur de Italia.

El mar continúa arrojando los cadáveres de las víctimas de este naufragio de un pesquero en el que los 80 supervivientes aseguran viajaban unas 200 personas, en su mayoría de afganos, iraníes, pakistaníes y sirios, mientras se busca aún a los desaparecidos. Con esta niña son 30 los menores que fallecieron en la tragedia.

Italia se hará cargo del coste de la inhumación o del traslado a otras localidades del país o del extranjero de las víctimas del naufragio después de las protestas de los familiares.

También se aseguró, de acuerdo con la región de Calabria, el hospedaje en hoteles para unos 80 familiares de las víctimas, mientras que los supervivientes, que en un primer momento fueron alojados en el centro de acogida de Crotone, podrán ir a los hoteles donde se encuentran sus familiares Mientras que continúa la polémica, así como las investigaciones de la Fiscalía de Crotone sobre lo sucedido y las posibles responsabilidades.

A tenor de las primeras reconstrucciones, una avioneta del operativo europeo Frontex avisó de la presencia de una nave en la zona con migrantes a bordo, pero las fuerzas de seguridad italianas aseguraron que sólo se les comunicó la presencia de un barco "que parecía navegar con regularidad, a seis nudos y en buenas condiciones de flotabilidad, con una sola persona visible en la cubierta del buque".

La primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, defendió durante una rueda de prensa en Cutro tras haber celebrado el consejo de ministros la gestión antes del naufragio.

"¿Alguno de ustedes considera que las autoridades italianas no hayan hecho algo que podían haber hecho?", llegó a cuestionar la política ultraderechista a los medios que le preguntaban insistentemente sobre la reconstrucción del desastre.

Rescatados 500 migrantes

Mientras tanto una oleada de embarcaciones con migrantes intenta alcanzar la costa italiana. El barco con 500 migrantes que habían lanzado la alarma este viernes por encontrarse en dificultad fue socorrido por la Guardia Costera italiana y escoltado durante la madrugada al puerto de Crotone, en la región de Calabria (sur), mientras que continúan los rescates de varias barcazas en apuros en la zona del Mediterráneo Central.

En la jornada del jueves varias embarcaciones con cerca 1.000 migrantes requirieron ayuda y las operaciones de rescate, coordinadas por el Centro de Operaciones de la Guardia Costera de Roma fueron particularmente complejas debido a la cantidad de personas a bordo de los barcos a la deriva y las condiciones meteorológicas.

Un total de 800 personas fueron rescatadas y las operaciones de rescate continúan este sábado con lanchas de la Capitanía de puerto y Guardia Costera que están frente a las costas de Pozzallo, en Sicilia, para efectuar el rescate de otra embarcación con 150 migrantes.

Otra embarcación a la deriva

La organización Alarm Phone, que recibe las llamadas de petición de auxilio de las barcazas de migrantes ha alertado este sábado que un bote que zarpó de Libia con 47 personas se encuentra a la deriva y el "las condiciones del mar son extremadamente peligrosas y se necesita ayuda inmediata".

Se ha tratado de uno de los operativos de rescate más imponentes de los últimos días y en el que incluso tuvo que intervenir la Marina.

Por otro lado, la diminuta isla de Lampedusa, el enclave italiano más meridional y "puerta a Europa" para los inmigrantes que zarpan del norte africano, también vivió una jornada de incesantes llegadas que saturaron su ya precario centro de acogida.

En total, más de 3.000 inmigrantes se encuentran hacinados en sus instalaciones, con capacidad de solo 300 puestos, después de la oleada de desembarcos de los últimos días.

Ante este escenario, el Gobierno italiano, de la ultraderechista Giorgia Meloni, ha aprobado un decreto ley que aumentará las penas a los considerados "traficantes", los encargados de conducir las barcazas a las órdenes de las organizaciones criminales de tierra.

De ser capturados ahora, podrán ser condenados hasta a 30 años de prisión, mientras que antes la sanción era de un máximo de 5 años.