Bélgica es para muchos un pequeño país del noroeste de Europa reconocido por su enorme encanto y por las decenas de monumentos y lugares que requieren una visita obligada, como es el caso de la Grand Place, el Atomium o el Manneken Pis de Bruselas, el Puerto de Gante o el Grote Markt de Brujas.

En Bélgica, como ocurre con cualquier otro destino turístico, junto a las zonas más concurridas hay decenas de rincones por descubrir. Considerado por muchos (junto con Holanda) el país de las bicicletas, se presenta a los ojos de los visitantes como un auténtico paraíso para recorrer a dos ruedas.

Pensar en Bélgica es imaginarse dando un relajante paseo en bici por entornos bellos y tranquilos, de forma que tener la ocasión de descubrirlo a golpe de pedal puede convertir el viaje en una experiencia única. Recorrer el país a través de los cientos de rutas de carriles bici que transcurren por terrenos llanos y seguros es una forma ágil, divertida, fácil y cómoda de sumergirse en su día a día.

Ubicada al noreste de Bélgica, la provincia de Limburgo cuenta con una enorme tradición en el uso de la bicicleta, ya que hace casi tres décadas fue la primera región del mundo en desarrollar una vía ciclista que conectaba todo el área. Ahora cuenta con una red de rutas para bicis de más de 2.000 kilómetros, las cuales se cruzan y se entrelazan ofreciendo a los ciclistas numerosas alternativas para definir sus propios itinerarios.

Una mujer pasea en bici por el carril que parte el estanque de Bokrijk en dos. Visit Limburg

Naturaleza, historia... y magia

A una hora de Bruselas y situado al este de la ciudad de Genk, hay un lugar único en el que merece la pena perderse si uno visita el país belga. Se trata del Parque Bokrijk, una extensión de 550 hectáreas que se puede recorrer andando o en bici y en la que se encuentra el museo al aire libre de Bokrijk, el más grande de Bélgica, una fusión perfecta entre naturaleza e historia que repasa el pasado y presente del patrimonio flamenco a través de más de 120 edificios.

Entre los lagos que salpican el parque, hay uno que reserva a los visitantes una grata sorpresa: un singular carril bici que ha sido catalogado como uno de los más espectaculares del mundo. Conocido como Cycling through water, es decir, Ciclismo a través del agua, tiene la peculiaridad de atravesar por dentro las aguas de dicho lago.

Inaugurado en 2016, este singular carril bici acuático permite pedalear, caminar o correr entre las aguas del lago, envolviendo la experiencia en una cierta magia. No hacen falta botas de agua, ni traje de neopreno en invierno, ni bañador en verano, ya que aunque se cruza el lago de una orilla a otra, uno se mantiene siempre en tierra firme. Lo que sí se ha tenido en cuenta es su continua exposición al agua, de forma que para garantizar la seguridad, el suelo de la pasarela es antideslizante.

Varias personas circulan por el carril bici con el agua a la altura de los ojos. Visit Limburg

Una especie de 'Camino de Moisés'

Esta especie de Camino de Moisés que separa las aguas del estanque es en realidad un sendero recto de hormigón de 212 metros de longitud y tres metros de ancho que mantiene la integridad del entorno natural sin afectar en absoluto a su belleza.

El carril comienza al nivel del agua y va ganando profundidad gracias a unos muros de hormigón que van creciendo en altura a ambos lados hasta alcanzar los 1,6 metros en la mitad del lago para ir volviendo después la vía poco a poco a la superficie hasta llegar a la otra orilla.

El diseño de la pasarela busca mantener en todo momento el nivel del agua al ras del muro de hormigón, lo que permite a los ciclistas o a los paseantes contemplar el estanque a la altura de los ojos, proporcionándoles la ilusión de estar inmersos en el propio lago.

Dos ciclistas avanzan por el lago con el agua al ras del muro de hormigón. Visit Limburg

Además, este carril bici es tan especial por el hecho de estar el camino a un nivel más bajo que el agua, de forma que hace el efecto de que las aguas se separan y dividen literalmente el lago en dos. Al quedar la superficie del agua a ambos lados del camino a la altura de los ojos, si se observa desde la distancia solo se ven cabezas moviéndose por la superficie del lago y cuerpos emergiendo del mismo totalmente secos.

El proyecto de este carril bici acuático, Cycling through water’ es obra del estudio de arquitectura Lensass Architects y recibió el premio a las excelencia en los World Landscape Architecture Awards en 2018.

La obra es además una forma de demostrar cómo Limburgo, pionera hace 28 años en el desarrollo del ciclismo recreativo, ha seguido reinventándose y ofreciendo experiencias únicas en el mundo mediante la fusión de arte, diseño, arquitectura y paisaje, lo que conforman un entorno ideal para perderse y disfrutar.