Trump se desvincula de la "lunática" congresista Marjorie Taylor Greene

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ha retirado la palabra a la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, uno de sus grandes apoyos legislativos durante su primer mandato y, en su apogeo, pilar del movimiento MAGA (Make America Great Again), por la insistencia de la legisladora en la publicación completa de los documentos relacionados con la red de prostitución liderada por Jeffrey Epstein y sus supuestos vínculos con el mandatario.

En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump ha descrito a Greene como una “lunática” y una “chiflada” que no deja de “quejarse, quejarse y quejarse”. El expresidente no menciona a Epstein como motivo directo de la ruptura, sino una encuesta que mostraba el desplome de Greene en los sondeos para las elecciones a gobernadora o senadora de Georgia, aspiraciones políticas que Trump consideró sin futuro.

Greene contaba con una intención de voto del 12%, “sin la más mínima oportunidad”, según Trump, quien añadió que no contará con su apoyo. El expresidente justificó su distancia alegando que debe atender a “219 congresistas, 53 senadores, 24 miembros del gabinete, casi 200 países y una vida normal”, por lo que no puede “escuchar todos los días lo que quiera despotricar una lunática”.

Trump también acusó a Greene de traicionar los principios republicanos y de acercarse a la “izquierda radical”, convencido de que “la gente conservadora de su estado se está planteando desafiarla en unas primarias”. Quien decida hacerlo, afirmó, contará con su “apoyo completo e inquebrantable”.

La versión de Greene

En su cuenta de la red social X, Greene acusó a Trump de mentir sobre las supuestas llamadas insistentes y aseguró que el expresidente está “enfurecido por los archivos de Epstein”.

“Está intentando asustar a los demás republicanos antes de la votación sobre la publicación de los archivos”, denunció la congresista, afirmando que el magnate está haciendo “todo lo posible por impedir que salgan a la luz”.

La congresista pidió a Trump que “luche con la misma tenacidad para ayudar a los hombres y mujeres olvidados de Estados Unidos, hartos de guerras y causas extranjeras”, en aparente referencia a Israel.

Finalmente, Greene afirmó: “He dedicado demasiado tiempo y dinero a apoyar a Trump, pero no le idolatro ni le sirvo. Adoro a Dios, Jesús es mi salvador y sirvo a mi distrito y al pueblo estadounidense”.

Concluyó asegurando que seguirá rezando por el éxito de la administración, porque “el pueblo estadounidense merece desesperadamente lo que votó”.