Pasai Donibane - Ya pierden la cuenta de las veces que les han preguntado cuándo zarpará el barco de rescate Aita Mari. El tiempo pasa, el buque está listo para auxiliar a las personas migrantes en el Mediterráneo, pero sigue amarrado en el puerto de Pasaia, con el invierno a la vuelta de la esquina y “entre cinco y seis personas ahogadas al día” ante la ausencia de políticas públicas de salvamento en el Mediterráneo central.

Hay silencios que matan, y otros muy elocuentes. Los integrantes del proyecto Maydayterraneo no quieren ser mal pensados y entienden que la elevada carga de trabajo de la Administración española puede tener algo que ver, pero no parece de recibo tanta dilación cuando el mar sigue siendo una fosa común. Después de dos meses de silencio administrativo, inician hoy una recogida de firmas “para mostrar al gobierno de Pedro Sánchez la solidaridad del pueblo”, y hacerle ver que “no está solo a la hora de tomar una decisión”.

“Los barcos se construyen para usarlos, y a este paso los componentes y la maquinaria del buque se van a oxidar”. Iñigo Mijangos entrecruza sus manos y las apoya con cierta resignación sobre la mesa de uno de los camarotes de la unidad de rescate. A lo lejos se escuchan los gritos de los patrones que animan a las traineras que se entrenan camino de la bocana del puerto. Navegan frente al Aita Mari, que permanece quieto, amarrado desde hace “demasiado tiempo”. El presidente de la ONG guipuzcoana Salvamento Marítimo Humanitario no puede dejar de pensar en lo que sigue ocurriendo en el Mediterráneo central. “Ahora mismo no hay barcos de rescate, y nos consta que las personas se siguen echando al mar desde Libia. Muchos son devueltos por los guardacostas, hay quien es recogido por algún mercante y otros mueren”. Entretanto, el Ministerio de Fomento sumido en el silencio.

El Aita Mari está listo para zarpar y auxiliar a estas personas, pero el Gobierno español sigue sin ofrecer ninguna respuesta a la solicitud para navegar. Desde que hace un año se compró el pesquero para transformarlo en un buque humanitario, todos los pasos se han dado conforme a la ley. ¿A qué es debido entonces tanto silencio? ¿Dónde reside el problema? Son preguntas para las cuales los integrantes del proyecto Maydayterraneo no tienen respuesta, a sabiendas de que incluso con el visto bueno todavía les quedaría papeleo por cumplimentar.

Vale para ello como referencia el barco de rescate de la organización no gubernamental Proactiva Open Arms, atracado en Barcelona sin permiso de despacho, el certificado que concede la Administración una vez que el buque indica la zona en la que va a navegar. “El Aita Mari está en la fase previa al permiso de despacho que da el Ministerio de Fomento. Esa será la segunda pelea administrativa, pero primero hace falta que nos digan que el barco cumple con la legislación en lo referente a su construcción”, indica Mijangos.

El pasado 8 de agosto entregaron en la Capitanía de Pasaia el proyecto de reforma del buque. La inspección tramitó dos semanas después la solicitud con un informe favorable a la Subdirección General de Inspección Marítima, que depende del Ministerio de Fomento. Tras haber cumplimentado la información adicional requerida, como la referente al cuaderno de estabilidad del barco y la relativa a los equipos de radio, siguen pendientes de una resolución que no llega, y que no parece justificada por una especial complejidad de la reforma. En realidad, según explican desde Salvamento Marítimo Humanitario, la transformación del barco “es muy pequeña”, ya que solo se ha dotado al buque de una enfermería y duchas en proa, se han montado los camarotes de popa y desmantelado la bodega. “No ha habido ningún cambio estructural ni sustancial en el barco”, asegura el presidente de la ONG.

Las circunstancias empujan Desde entonces, desde aquel informe favorable de Capitanía, han transcurrido dos meses y los integrantes del proyecto, que cuenta con un respaldo económico del Gobierno vasco de 400.000 euros, entienden que no pueden postergar más la decisión. “Las circunstancias nos empujan: más de dos mil personas se han ahogado intentado alcanzar Europa desde costas africanas, y no hay ninguna misión gubernamental con el mandato de realizar búsquedas y rescates de náufragos en esas aguas”.

El silencio de la Dirección General de la Marina Mercante ha sido la tónica general durante este tiempo, pero Salvamento Marítimo Humanitario no se ha quedado precisamente de brazos cruzados. Ha llamado a todas las puertas habidas y por haber “hasta el aburrimiento”. Mijangos explica que han sido constantes las reuniones con los inspectores de Capitanía Marítima de Pasaia, quienes emitieron a Madrid un informe favorable que, en la medida que no se resuelve, sigue encima de la mesa de sus despachos.

Se han realizado múltiples llamadas y consultas. El propio Gobierno vasco se ha puesto en contacto con la Dirección General de Marina Mercante, pero las respuestas siempre han sido “evasivas”. El proyecto Maydayterraneo se siente “moralmente” obligado a dar cuenta al Ejecutivo vasco de todo aquello que se está haciendo con el dinero público. “Nos consta que ellos también se están moviendo. Para el Gobierno vasco es un proyecto estratégico, de país, y ha hecho varias gestiones sin éxito desde la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación”.

Y mientras caen las hojas del calendario llama a la puerta el invierno, estación del año en la que si bien se reduce el flujo de personas debido a las malas condiciones de la mar, aumenta significativamente el ratio de víctimas. En el Aita Mari nadie se lleva a engaño. Todo estaba previsto para que pudieran navegar por el Mediterráneo central durante los últimos coletazos del verano, algo que no ha sido posible. “Pese al retraso, el proyecto sigue teniendo pleno sentido. Ahora, debido a la mala climatología, la estancia en el mar de las personas que tratan de probar suerte es mucho más reducida en días, por lo que la efectividad de las asistencias es mayor. Además, por las informaciones que nos llegan, las personas siguen siendo localizadas en la gran zona de búsqueda y rescate (SAR) en Libia”, dice Mijangos.

Compromiso europeo Desde Maydayterraneo quieren aportar su granito de arena para acabar con la dolorosa realidad del Mediterráneo central ante la falta de compromiso de los estados miembros de la Unión Europea. Insisten en que siempre se han caracterizado por el máximo respeto a la legislación y han trabajado dentro del marco de las directrices establecidas por los organismos internacionales. De hecho, aseguran, comparten la iniciativa de las agencias de la ONU para llegar a un acuerdo de compromiso de los estados ribereños del Mediterráneo para garantizar los derechos de estas personas.

“Y por todo ello pedimos que nos den una respuesta. Si el barco no cumpliera los requisitos, que nos lo digan. Nos consta que la Dirección General de la Marina Mercante está recibiendo llamadas de políticos y de los propios medios de comunicación estatales. Es evidente que se ha despertado un interés social”. Pero sigue faltando una firma. En concreto, la de Benito Núñez Quintanilla, director general de la Marina Mercante. “En la medida que pasa el tiempo, la cabeza se dispara y da rienda suelta a un montón de interpretaciones y conjeturas. Queremos pensar que la tardanza se debe a la cautela y al respeto de la ley. El problema es que el silencio no es una respuesta. El Gobierno central puede estar más o menos de acuerdo con el proyecto, pero debería dar su visto bueno en la medida que cumplimos con la ley”. Salvamento Marítimo Humanitario indica que, a fin de cuentas, la misión de rescate que se han propuesto llevar a cabo en el Mediterráneo central en nada difiere de la que despliega el Gobierno español en el Estrecho de Gibraltar y en el mar de Alborán.

Así, los responsables del proyecto inician a partir de hoy una recogida de firmas para mostrar al Gobierno español “la solidaridad del pueblo. El Aita Mari, como buque de bandera española, necesita la autorización para navegar de la Dirección General de la Marina Mercante, y nos hace falta la firma de su máximo responsable. Vamos a recoger miles de firmas para que la Administración sepa que no está sola, que la sociedad quiere defender la vida en el mar”, recoge un comunicado que ha hecho público el proyecto Maydayterraneo.