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Ione Atenea estrena ‘Enero’, su ópera prima, mañana en el Festival de Gijón

La directora navarra conjura su miedo al paso del tiempo con este documental protagonizado por sus abuelas

Ione Atenea estrena ‘Enero’, su ópera prima, mañana en el Festival de GijónFoto: cedida

pamplona - Las dos nacieron en enero del mismo año. Una en Galicia, otra en Navarra. Una tuvo estudios, la otra no. Las dos son viudas, saben que juegan ya en tiempo de descuento y lo afrontan con normalidad. Las une una persona, Ione, su nieta, que las filma para intentar superar su propio miedo al paso del tiempo. Este podría ser el resumen del documental Enero, ópera prima que la realizadora navarra Ione Atenea estrenará mañana en la 57ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón.

María Jesús Alzorriz y Manuela Couso son las protagonistas de esta historia en la que la voz de la cineasta siempre está presente, interpelándolas sobre distintos aspectos de su vida y grabándolas en sus gestos y ritos cotidianos. No es la primera vez que Ione Atenea (Pamplona, 1985), presenta un trabajo centrado en su familia. En diciembre de 2015 inauguró en la Ciudadela una exposición fotográfica titulada 24/07 y basada en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer de su abuelo Pedro. Como explica la directora, que reconoce estar “nerviosa” y “contenta” ante la idea de compartir su trabajo con el público, más que explorar la idea de la familia “me gusta trabajar siempre desde mí, con lo cercano y desde el amor”. “Me interesa partir de historias personales para reflexionar, aprender o acercarme al ser humano, a lo universal”. En este caso, el punto de partida fue “un miedo muy fuerte que tengo desde niña”, y es la velocidad con la que parece discurrir la vida. “Y quería ver cómo se vive cuando, por una razón natural, sabes que tu tiempo se está terminando. Sentía que ese momento final de la vida estaba iluminado de un modo especial y quería captar esa luz”. El rodaje junto a María Jesús y a Manolita le confirmó que, en efecto, esa luz existe y le reveló que si bien casi todo el mundo ve ese instante con cierto tremendismo, quienes se asoman a él lo contemplan con normalidad, “como si el mismo hecho de envejecer te fuera dando herramientas para afrontar ese final”. Esta idea le ha dado tranquilidad y hacer el documental le ha aportado unos cuantos aprendizajes. “He comprobado que la vida consiste en seguir aprendiendo siempre, hasta el último momento, y que hay preguntas que siempre nos van a acompañar, que son las que nos hacen ser quienes somos” y que nos interrogan “sobre el sentido de la vida”.

Ione Atenea acompaña a sus abuelas en sus rutinas y en sus desplazamientos. Mantiene conversaciones con ellas en sus casas y refleja algunas de sus actividades. Con María Jesús, por ejemplo, acude a la biblioteca donde ella va a diario a leer la prensa y a apuntarse frases que le gustan, y con Manolita visita el pueblo natal de esta, en la costa gallega. “Cuando les conté que quería hacer una película con ellas, al principio no lo entendieron mucho, pero no les pareció mal y me concedieron mi deseo”, y la experiencia de compartir todo ese tiempo resultó muy bonita. “En lo personal para mí también era una forma de acercarme y de pasar más tiempo con ellas, y ha sido muy importante, espero que para ellas también. Me pareció que cuando ves tu propio final, existe una cierta necesidad de contar y de dejar a alguien el relato de tu vida”, indica.

Las dos mujeres proceden de entornos geográficos y sociales diferentes, lo, pero a la vez tienen muchos elementos en común. “Al principio me atraía la idea de plasmar los contrastes, pero luego me fui dando cuenta de que había unas cuantas similitudes”. Como el apego a la tierra natal, a las raíces, adonde ambas expresan que quieren regresar cuando todo acabe. “Tienen unas raíces muy largas, un sentimiento de pertenencia que quizá yo no comparto”. O sus rituales -encender velas o visitar el cementerio-, que practican para tener presentes a los que ya murieron. Todos esos elementos, coincidentes o no, “también están dentro de mí”, porque “todos estamos formados de muchas experiencias, venimos de muchos lugares y nuestras identidades se componen con mil fragmentos”.

La filmación se extendió en distintas sesiones a lo largo de dos años. “Cada que iba a verlas grabábamos cosas que me interesaban o que surgían; yo sabía que la peli necesitaba tiempo, que las cosas tenían que pasar por sí mismas, y que las circunstancias me dirían cuándo parar; y así fue”, como se aprecia al final de Enero, en la que María Jesús y Manuela vivirán para siempre. “Estoy percibiendo que el impulso de inmortalizar a personas que se van a ir pronto o que ya se han ido es una constante en mi trabajo”, señala. Y añade: “Es mi pequeña batalla contra el tiempo”.

hiruki filmak El proyecto es una producción de Hiruki Filmak, plataforma promovida por Ione Atenea, Marina Lameiro y Garazi Erburu. “Tras la experiencia de Young & Beautiful, en la que Marina dirigió, Garazi estuvo de ayudante de producción y yo era una de las protagonistas, decidimos unirnos para generar un espacio donde poder desarrollar nuestros trabajos y el de otras creadoras”, para “hacer frente a una industria y a una sociedad donde el trabajo de las mujeres tiende a ser menos visible y menos valorado”. La realizadora, que después de Gijón llevará la película por otros festivales, trabaja ahora en La casa del artista, una historia sobre el lugar en el que vive y que antes fue la residencia de unos hermanos, una cantante de ópera y un dibujante de comics. “Siento que de nuevo con este trabajo busco darles un lugar para siempre en este mundo”, termina.