“Estamos en un momento de cambio y, como tal, de oportunidad”

¿Cómo describe el momento actual del Instituto Gerónimo de Uztariz?

Vive momento de transición que se inició hace dos años con la publicación por primera vez de la revista en formato digital y la llegada de jóvenes investigadores e investigadoras con dinámicas y objetos de estudio diferentes. El momento es de cambio y, como tal, de oportunidad.

¿Cuántos historiadores e historiadoras lo forman a día de hoy?

En la actualidad componen el IGU un grupo de 45 socias y socios de distintas edades y con el común denominador de ser personas, todas, interesadas por la investigación, el debate y la divulgación histórica desde una perspectiva crítica y rigurosa.

Así que el relevo está asegurado...

Los pioneros y pioneras del grupo mantienen viva la llama del Instituto recordando cómo fueron los comienzos y el compromiso que siempre tuvieron por reconstruir el pasado de Navarra de manera veraz en la línea de la renovación historiográfica del momento. A ese camino que iniciaron nos hemos ido uniendo otras personas y hoy el relevo del grupo parece asegurado con la entrada de jóvenes investigadores e investigadoras que miran la Historia desde perspectivas y enfoques nuevos, enriqueciendo el debate propio del Instituto. Después de 40 años, el IGU no solo ha echado raíces sino que continúa vivo y con nuevos brotes, y esto es una buena noticia.

¿Cuál es hoy el interés principal del IGU?

No recuerdo un tiempo como éste, con tanta oferta diaria de actividades de todo tipo en Pamplona. En esta realidad, no es fácil moverse ni resultar suficientemente atractivo. A pesar de ello, el Instituto siempre ha tenido muy claro que la reflexión y el debate sobre la Historia no puede quedarse en el espacio reducido y minoritario de la investigación, sino que debe ir más allá. De ahí que desde su nacimiento, su actividad pública se haya plasmado en distintas direcciones complementarias: la capacitación del historiador, trabajo con profesorado de enseñanza Secundaria en proyectos de investigación histórica y debates intelectuales, sin olvidar la divulgación del conocimiento histórico a toda la comunidad tratando de llegar al gran público. Todo esto a día de hoy, con altibajos, continúa definiendo la actividad del IGU con el objetivo de seguir estando ahí, atento siempre a las nuevas propuestas de investigación e interpretación, tanto de la historiografía como del momento histórico que nos toca vivir. 

En este panorama, ¿cuál es el reto más urgente del Instituto?

Mantener esta dinámica no es fácil. De hecho el mayor reto sea probablemente continuar presentes manteniendo estas apuestas del Instituto en un mundo diferente en parte al que nació. Lo digital y la inteligencia artificial no son enemigos sino nuevos vecinos con los que hay que tratar de convivir, sin perder de vista el objetivo final de continuar con la reflexión sobre la Historia y acercarla al conjunto de la población.