- Lleva mes y medio en Azagra y Raúl Marco vivió el sábado su primera victoria. De momento tiene a tres equipos por debajo, pero esta temporada nadie está tranquilo hasta verse en el puesto 15º, por si cae algún equipo navarro de Segunda B y no hay ascensos de Tercera.

Llegó la primera victoria después de seis jornadas en el equipo.

-Ha tardado y ya hacía falta. Marca el calendario, que no era sencillo, porque hemos jugado con los de arriba. A ver si esta victoria en Subiza es un punto de inflexión y podemos mirar hacia arriba.

Fuera de casa no había visto puntuar a su equipo en los tres partidos anteriores.

-Eso es. Habíamos conseguido dos empates en casa y todo lo demás eran derrotas. Tengo claro que hay dos equipos, uno en casa y otro fuera. Hasta ahora lejos de Azagra nos había costado y no habíamos hecho un partido completo. En casa es otra historia, porque el equipo nota el apoyo de la afición. Es increíble cómo se viven los partidos en Azagra y vamos a ver si esta semana que jugamos en casa le damos continuidad a este resultado.

El calendario les hace enfrentarse ahora a equipos que lucharán por lo mismo que la Peña Azagresa.

-El que está arriba es por algo y el que está abajo, también. Es lógico que se vayan más números con los que están arriba. Seguro que alguno volará en estos partidos, pero tenemos que pensar sólo en esta semana. La clasificación está muy apretada. Los puestos a los que queremos llegar están todavía muy lejos, a cinco puntos, pero no es una distancia insalvable. Hay que trabajar todavía más y mejor, estar unidos y ver de lo que somos capaces. Cada partido es una oportunidad de sumar y de acercarnos a los de arriba.

¿Habrá que dejar tres equipos por debajo, cuatro o cinco?

-Son tres los que descienden directamente, pero puede que de Segunda B arrastren a otros. Lo que está claro es que si quedas sexto por abajo, te salvas.

Es la primera vez que coge un equipo en Tercera que lucha por no descender. ¿Cambia en algo a la experiencia que tenía hasta ahora?

-No sé qué contestar. Izarra y Peña Sport luchaban por subir y en el Txantrea, en tantos años, me ha tocado de todo. De todos modos, esta situación no es nueva para mí, porque en Segunda B, con Peña Sport e Izarra peleábamos por salvar la categoría. Me lo tomo con responsabilidad, pero también con naturalidad, sabiendo que esto es un juego.

¿Se nota presión?

-Después de tanto año entrenando vas cambiando la forma de pensar. Más que presión, siento responsabilidad por hacer las cosas bien. Me he encontrado con un pueblo que vive el pueblo con muchísima intensidad y mucha pasión. Es una gozada. Una maravilla. Llevo tres partidos en nuestro y estoy deseando que llegue el siguiente, porque vivir partidos en Azagra como local es sentir el fútbol y vivir el fútbol de verdad. Eso no me genera presión, sino responsabilidad porque veo que detrás hay un club y un pueblo que lo vive con mucha intensidad. Trato de hacer las cosas lo mejor que puedo y la situación me genera ilusión por agradar a todo ese pueblo.

Es una de las ventajas de entrenar a un equipo muy diferente a los de la zona de Pamplona.

-Sí. Sólo tiene connotaciones positivas y lo que más me ha sorprendido y con lo que más estoy disfrutando es con la afición, porque nunca me había tocado vivir algo así.

Después de tantos años entrenando, siempre hay cosas que sorprenden.

-Entrenar a cada club te sorprende, al igual que entrenar a cada grupo de jugadores. El fútbol está inventado, pero cada día que entreno, siempre me sorprende algo, siempre pasan cosas nuevas, diferentes. Como entrenador hay que gestionarlas lo mejor posible y es lo que me motiva y me gusta. El fútbol está inventado, pero la gestión de grupo, no. Hay que estar con los ojos muy abiertos, para hacerlo lo mejor posible.

A pesar de la experiencia, nunca se deja de aprender. Supongo que eso es lo que le motiva a seguir en los banquillos.

-Cuando cambias de club, hay cosas diferentes y tienes que estar muy atento a todo lo que pasa para hacerlo lo mejor posible. La ilusión está intacta. Disfruto igual que el primer día. Si no, no me hubiera embarcado.