- Mathieu van der Poel, que subió en cohete, disparado, señaló el cielo con el dedo para encontrar a su abuelo, Raymond Poulidor. El triunfo en la segunda viñeta del Tour era para él. Un sueño para el muchacho, emocionado tras el logro que le valió para convertirse en el líder de la carrera francesa, algo que su abuelo no pudo hacer a pesar de terminar el Tour tres veces en el segundo puesto y cinco en tercer lugar. Sin embargo, el amarillo esquivó a Poulidor, que combatió con Anquetil y Merckx, dos ciclistas magnos. Cada uno de ellos logró cinco veces la gloria en el Tour. Al fin, Poulidor podrá vestir el amarillo.

“Me habría encantado abrazarle aquí, pero no quita para que esta victoria lo signifique todo. Se trataba de la última oportunidad para luchar por el amarillo, así que calculé más o menos el tiempo que necesitaba gracias a la bonificación del primer paso por la línea de meta. Y ahora llevo el maillot de líder del Tour, me parece una locura y una sensación indescriptible”, expuso Van der Poel, emocionadísimo tras la conquista. El neerlandés, un ciclista de rompe y rasga, atacó a 700 metros de la cima y nadie fue capaz de seguirle. Era imposible. Le empujaba el corazón de su abuelo.