Cierto es que Anjel Txokarro y otras nueve personas han obtenido una sentencia parcialmente favorable del Tribunal Supremo en la que se les reconoce la nulidad del despido, que no el retorno automático como afirma. Desde aquí nuestra enhorabuena a tanto tesón y trabajo jurídico que puede culminar con un final feliz, partiendo de hechos tan sesgados desde nuestro punto de vista.

Sin embargo, hemos de responder el artículo de Anjel Txokarro, publicado en este foro sindical, porque de no hacerlo estaríamos faltando al respeto y al comportamiento digno de muchas personas aludidas directa e indirectamente en el mismo. Además, hay flagrantes mentiras que desmentir, que este señor ha puesto de nuevo negro sobre blanco.

Habla de dos formas diferentes de sindicalismo. Sí señor, toda la razón. Un modelo que protagonizó CCOO, que peleó de principio a fin en la mesa negociadora y en la calle, y el otro que iba en la mochila de los primeros, a remolque, tumbando propuestas sin aportar otras, haciendo populismo, guerreando en las asambleas y poco más, cuando lo que necesitaba esa plantilla en ese momento era una dosis extra de realismo y tierra. Estos últimos, el modelo que defiende Txokarro, a la hora de decidir el desenlace del ERE en las urnas, pretendieron excluir la opinión de otras personas, otros compañeros y compañeras de otros centros de trabajo (Peralta, Barcelona, Madrid, Sevilla, Bilbao, Valladolid, etc). Por esto, miente cuando afirma que obtuvieron el apoyo de la plantilla. La plantilla, todas las plantillas en un acto único de referéndum el mismo día, a la misma hora, aprobaron la firma del ERE, con una significativa mayoría.

Las coacciones que sufrimos las personas de la planta de Pamplona cuando acudimos legítimamente a votar la firma del ERE, marcan uno de los episodios más penosos que nos tocó presenciar nunca en la empresa, y ha dejado un amargo recuerdo en Koxka. Ya que hablamos de modelos de sindicalismo, la sombra de este recuerdo no ha hecho ningún favor al sindicalismo en la empresa, aunque se va normalizando porque algunos hemos trabajado en la misma línea de respeto a la opinión a la asamblea y trabajo concienzudo que marcó el final del proceso del ERE.

Miente también cuando afirma que la sentencia del Tribunal Supremo recoja que hubiera connivencia de CCOO y la dirección de la empresa. El juez no nombra ni en una sola ocasión a CCOO. Las circunstancias les fueron favorables para crear un mito y obtener apoyos de la sociedad, también para señalar con el dedo y acosar a la representación sindical firmante del ERE, provocando un linchamiento colectivo, pero de entonces a ahora la clase trabajadora ha sufrido extraordinariamente y quizás ya no se apoyaría con tanto convencimiento a quien ha percibido una indemnización superior a 125.000 euros, o va de despedido cuando en realidad se ha jubilado voluntariamente con un plan muy digno, o afirma que le han echado cuando ha sido él quien ha decidido incluirse en un ERE con unas compensaciones económicas que no han tenido equiparación en Navarra y ha podido montar un negocio con publicidad gratis a primera página en la prensa, gracias a la mítica figura del ERE de Koxka. Algunos como Txokarro parecen querer vivir toda la vida en la esquizofrenia víctima/héroe. Son elecciones personales.

La plantilla de Koxka, los supervivientes, sufrieron la fractura social, la pérdida de compañeros y compañeras y la situación límite de la empresa. Una plantilla que había luchado con ejemplaridad durante tres meses, protagonizando una larga huelga indefinida y todo tipo de movilizaciones, tuvo que soportar acusaciones injustas una vez finalizado el conflicto y escuchar insultos en su vuelta al trabajo. También hubo de remontar el ánimo ante temporadas de poco trabajo, incertidumbre e inseguridad. Esta plantilla ha madurado extraordinariamente y ha tenido tiempo de reflexionar detenidamente desde todos aquellos acontecimientos. Hace un tiempo ya que la carga de trabajo se ha estabilizado y se podría afirmar que, en general, se han superado dificultades con mucho esfuerzo de todos y se ha recuperado la calma en buena medida, por lo que el clima en la empresa es de trabajo y lucha. Tampoco podemos olvidar que se han firmado dos pactos de empresa desde entonces. El primero, con ajuste de cinturón, no vamos a negarlo, y el segundo, con progresiva recuperación de derechos sociales. Así que enhorabuena. Vuelva usted si ha de volver, pero con la verdad por delante, porque lo otro, va a tener dificultades para colocarlo en Koxka.