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En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
Francisco Gavilán / Igor Olenninkov
En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
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En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
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En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
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En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
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En la parte central más montañosa de Siberia se encuentra el lago Baikal (636 km de largo y 80 de ancho), la reserva de agua dulce más grande del mundo y de mayor profundidad. Siberianos, mongoles y buriatos profesan a este lago un amor patriótico-religioso que nos recuerda el supremo poder más allá del ser humano.
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