La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Vista de varios cerezos en flor en un campo del valle de Etxauri.
Redacción DNN
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Día de la Almadía de Burgui.
Iñaki Porto
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Cerezos en flor en Pamplona.
Unai Beroiz
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Día de la Almadía de Burgui.
Iñaki Porto
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Almendros en flor en tierras navarras.
EFE
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Celebración de la Tamborrada de San Prudencio.
Josu Chavarri Erralde
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Almendros en flor en Navarra.
Oskar Montero
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Día de la Almadía de Burgui.
Iñaki Porto
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Cerezos en flor, también en Álava.
Jorge Muñoz
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
La Tamborrada de San Prudencio en Gasteiz.
Jorge Muñoz
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Cerezos en flor en Álava.
Jorge Muñoz
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Día de la Almadía de Burgui.
Iñaki Porto
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Un almendro en flor.
EFE
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Un plato de crema templada de espárragos de Navarra.
Redacción DNN
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Un árbol en flor, antes del inicio de la primavera en el Valle de Baztan.
Ondikol
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Recolecta de guisantes.
M. Izaguirre
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La vegetación florece en Navarra en primavera.
Rubén Usúa
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Margaritas en territorio navarro.
Oskar Montero
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Perretxikos.
Jorge Muñoz
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Un campo de colza, en plena floración en Navarra.
Rubén Usúa
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Producción de guisantes.
Iker Azurmendi
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Un cerezo en flor en Navarra.
Rubén Usúa
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Plato de alcachofas de Tudela con almejas en salsa verde.
Redacción DNN
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Un cerezo en flor.
Redacción DNN
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
Una magnolia de flor amarilla.
Ainara García
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Vistas de Karrantza.
Amalur
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.
La primavera llega a Euskal Herria como un soplo de aire fresco, despertando los paisajes de su letargo invernal y tiñendo sus montes, valles y pueblos con una paleta vibrante de colores. Y es que este renacer se siente en cada rincón de nuestros territorios cuando rayitos tímidos de sol empiezan a calentarnos. Desde la floración extensa de la vegetación, pasando por las festividades que llenan las calles de alegría, hasta los sabores únicos que trae la nueva estación, nos embarcamos en un viaje para darle la bienvenida a una época repleta de luz, aromas y alegría.