- Multimedia
- Servicios
- Participación

Ver más galerías relacionadas
Nerea Mazkiaran
Ver galería >En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
Nerea Mazkiaran
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.
En Altsasu continuaban de carnaval, el piñata, la cara urbana de esta fiesta que el pasado martes fue multitudinaria. El sábado, los de casa, también le echaron ganas y la villa se transformó por unas horas en un mundo de fantasía en la que todo era posible. Pero entre una marea de variopintos personajes destacaba el blanco y rojo. Y es que muchas personas eligieron como temática esta fiesta, una idea de una cuadrilla de jóvenes a la que se sumaron otras muchas más.