Los aficionados del Alavés tienen una nueva cita en la plaza de la Virgen Blanca. Solo un año después de consumarse su descenso de categoría, el club babazorro regresa a Primera División de la mano de una plantilla que, tras empatar (0-0) el pasado domingo en Mendizorroza, fue capaz de vencer al Levante en el Ciutat de València. Además, escribiendo un nuevo momento épico en su historia.

Cuando nadie creía, en el minuto 130, Villalibre se vistió de héroe para, desde los once metros, marcar el definitivo 0-1 en una noche en la que el conjunto gasteiztarra había disfrutado de múltiples ocasiones. Se trata de un éxito rotundo, premio al gran trabajo realizado durante el curso, que ha sido posible gracias al esfuerzo y la unidad que ha demostrado el grupo. Algo en lo que, como es lógico, ha tenido mucho que ver también la figura de Luis García Plaza, quien se ha convertido en el sexto entrenador capaz de llevar al Glorioso a la élite después de Baonza, Echezarreta, Mané, Cos y Bordalás.

Para ello, el técnico madrileño optó por salir de inicio con un once muy diferente al del partido de ida. En esta ocasión, eligió el dibujo 4-4-2 y en él introdujo un total de tres novedades: Alkain formó en la banda en detrimento de Abde y tanto Miguel de la Fuente como el Búfalo de Gernika hicieron lo propio en la punta del ataque, dejando sin sitio a Toni Moya, cuya posición ocupó Jon Guridi, y Mamadou Sylla, titular durante todo el play off.

Explosión de alegría entre los jugadores del Alavés y la afición albiazul. MIGUEL FERNÁNDEZ | ÁREA 11

Respecto a la primera mitad, lo cierto es que el protagonismo sobre el césped fue para la igualdad. Una y otra escuadra disfrutaron de minutos de dominio y, a través de ellos, trataron de intimidar a los guardametas rivales, aunque, cabe mencionar, sin demasiado éxito. Ahora bien, si alguien pudo adelantarse en el marcador de Orriols, ese fue el Alavés, quien, como en muchos otros choques de la temporada, acusó su falta de acierto en ataque.

La mejor ocasión, en concreto, la tuvo Tenaglia en sus botas. Con una gran arrancada sobre la media hora de juego, Duarte se plantó en zona peligrosa, colgó el balón al área y, en la línea de gol, Rober Pier tuvo que sacar el disparo del lateral argentino, bien colocado en el segundo palo. Curioso fue, en dicha acción, que el centro del defensor almeriense, prolongado ligeramente por Miguel, se paseara varios metros sin encontrar rematador.

Al Levante, por otro lado, no le faltó eficacia, sino profundidad. La única vía de peligro real de los granotas fue el balón parado, donde Bouldini e Iborra partían con ventaja, y los demás acercamientos fueron bien defendidos por la zaga del Alavés. El único susto reseñable, en el que tampoco tuvo que intervenir Sivera, llegó en un contragolpe de De Frutos que terminó frustrando el propio Duarte, más inteligente que el extremo segoviano.

Ya en la segunda mitad, nada más arrancar, el Glorioso tuvo la gran oportunidad de la noche para adelantarse en el electrónico. Fue Rioja, tras un intento lejano de Miguel que despejó Femenías, el que remató al muñeco en el momento que sus compañeros, los 500 seguidores babazorros desplazados al Ciutat de València y todos los que estaban siguiendo el encuentro en Vitoria-Gasteiz se disponían a celebrar el deseado 0-1. 

Villalibre, el héroe de la noche. Borja Lazkano / JOSÉ MIGUEL FERNÁNDEZ | ÁREA 11

Esa sensación se repitió poco después, cuando Villalibre cabeceó alto y Duarte, en otra jugada, se encontró con el portero, y así el Alavés se hizo con el dominio del partido durante bastantes minutos. Algo a lo que, posteriormente, respondieron los granotas por medio de acciones de estrategia y diferentes envíos en profundidad. De Frutos y Soldado fueron, concretamente, los encargados de exigir las estiradas de Sivera.

LA DOBLE OCASIÓN DE ABDE Y LA EUFORIA EN LA PRÓRROGA

Para tratar de dar un plus a su equipo en ataque, Luis García introdujo a Moya, Abde y Panichelli en lugar de Alkain, Miguel y Guridi y el penúltimo de ellos, el atacante argelino, tuvo dos oportunidades para conseguir el ascenso. En la primera, remató rozando el palo y, en la segunda, su toma de decisiones fue horrible. Al contragolpe, con todo a favor para asistir a Panichelli o Rioja, su centro-chut fue directo a los guantes de Femenías.

Locura en los bares del Casco Viejo de Gasteiz. Borja Lazkano / JOSÉ MIGUEL FERNÁNDEZ | ÁREA 11

Esto último provocó que la eliminatoria se marchase a la prórroga y, en ella, el Alavés no se dio por vencido. Javi López, Jason y Sylla (Duarte, Tenaglia y Panichelli) saltaron al verde y hubo que esperar hasta el minuto 129 para desatar la euforia. El VAR revisó un penalti por mano clara de Pier y Villalibre, con una templanza magnífica, fue capaz de engañar a Femenías y devolver al Glorioso a donde debe estar: la Primera División.