Tamara Falcó vivía uno de los momentos más especiales de su vida, el pasado verano. El 8 de julio celebraba su boda con Iñigo Onieva en el Palacio del Rincón y juntos comenzaban una nueva etapa en sus vidas, sin embargo, cuatro meses después del enlace, la pareja aún no se ha podido mudar al ático que la marquesa adquirió en 2020 en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid en el que han estado haciendo obras y mientras la reforma finaliza se encuentran instalados en casa de Isabel Preysler dentro de la misma urbanización. 

Ahora, tal y como publica la revista ‘Semana’, parece que el matrimonio ha empezado su mudanza a la vivienda, un ático dúplex valorado en 1,5 millones de euros, una propiedad que eligieron para dar comienzo a su vida de casados por varios motivos, entre ellos la cercanía a la casa de la madre de Tamara, el domicilio de Isabel Preysler se encuentra a menos de un kilómetro. 

La pareja se encuentra amueblando y decorando su nuevo hogar, para lo que, según asegura la publicación citada anteriormente, habrían recurrido a una firma muy exclusiva. 

EL ‘DINERAL’ QUE TAMARA E IÑIGO SE HAN DEJADO EN SU NUEVA TERRAZA 

Tal y como informa ‘Semana’, Iñigo y Tamara estarían decorando la casa con una lujosa firma y solo en el mobiliario de su nueva terraza se habrían dejado un total de 20.000 euros. 

Además, esta terraza no es el único espacio exterior con el que cuenta la residencia, sino que también tiene otro con una piscina para los días más calurosos del año. 

El piso cuenta con un total de 190 metros cuadrados, y la propia Tamara ha desvelado en ‘El Hormiguero’ que para la decoración y la elección de los muebles está contando con los servicios de la diseñadora de interiores Beatriz Silveira.

Hace unos días, la marquesa hablaba de su nuevo hogar y sembraba la polémica al afirmar que su casa “es muy bonita sobre plano, pero no es la mejor de todas”, una afirmación que no sentó bien al arquitecto de la vivienda, Joaquín Torres, que aseguró que la hija de Isabel Preysler no había sabido interpretar los planos y le sugirió que si no era de su gusto lo mejor que podía hacer era venderla.