Una década sin Diego García
El maratoniano guipuzcoano murió en pleno entrenamiento recién retirado de la elite
Se había retirado de la alta competición en 2000, con 39 años, y se entrenaba para el Medio Maratón Azkoitia-Azpeitia, en el que iba a recibir un homenaje por su carrera deportiva y en el que quería tener una buena actuación, cuando su corazón dijo basta en Loyola, y falleció donde un año después fue erigida una estatua en su recuerdo.
Diego García Corrales nació el 12 de octubre de 1961 en Azkoitia y, después de una etapa no muy exitosa en los 10.000 metros, descubrió que el maratón se adaptaba mejor a sus cualidades de atleta concienzudo en los entrenamientos y esforzado en la competición, y está considerado el padre del boom del maratón español en los años 90.
Diego García, que disputó un total de 28 maratones a lo largto de su trayectoria deportiva, no tuvo la popularidad de sus coetáneos Martín Fiz y Abel Antón, quizás porque le faltó ese éxito de relumbrón que sí tuvieron el vitoriano y el soriano, pero es lo único que no se puede encontrar en su palmarés de relumbrón, en el que hay hitos como el récord de España de la distancia (2h.10:30 en 1992); el noveno puesto en los Juegos Olímpicos de Barcelona; la plata en el Campeonato de Europa en Helsinki en 1994, en el histórico triplete junto a Martínz Fiz y Alberto Juzdado; el sexto puesto en el Mundial de Goteborg en 1995; y el récord personal con 2h.09:51 en Fukuoka.
Personalidad: Atleta emblemático, persona muy querida
Diego García llevó el nombre de Azkoitia por todo el mundo y, por su carácter de atleta emblemático y por ser una persona muy querida por todos lo que le conocieron, contribuyó de manera decisiva a fomentar la práctica del atletismo entre la ciudadanía. No sólo en su localidad natal, sino en todo el valle del Urola.
Como impulsor del Medio Maratón Azkoitia-Azpeitia, era lógico que la prueba, que se disputó el pasado sábado, acabara convirtiéndose en un homenaje anual en recuerdo del malogrado atleta.
Su muerte, como es de suponer, causó un shock en la organización de la Azkoitia-Azpeitia, pero después de reflexionar, José María Flores, representante de la prueba, comentaba: "La carrera no se va a suspender porque es el mejor homenaje que se le puede dedicar a Diego".
Los comentarios de sus amigos dentro del atletismo demostraban también el impacto que les había causado su muerte. Sobre todo el de Alejandro Gómez, testigo impotente de su fallecimiento (el vigués llegó a parar el tráfico para trasladar a su amigo al hospital: "Llevábamos tiempo sin vernos, y salimos a entrenar entre risas. Bromeaba con que estrenaba chubasqueros y zapatillas. Me iba contando chistes, y de golpe me dijo: "Para, para". Pensaba que era una bajada de tensión, pero enseguida vi que se me iba y no podía hacer nada. He perdido un trocito de corazón. Era un amigo de los que cuentas con los dedos de la mano".
Por su parte, Martín Fiz comentaba: "No podía creerlo. El viernes me llamó Diego y me animaba a venir a la carrera. Ahora voy a correrla por él", e intentaba consolar a la familia del atleta: "Diego ha tenido una muerte dulce porque se ha ido en su pueblo, antes de su carrera más querida".