El trofeo para Estébanez, pero los mayores aplausos para Asier Martín, de Corella

Finalizó la feria de la ciudad navarra con un concurso de recortadores presidido por el bochorno agobiante, pero que, sin exceso de brillo, dejó contentos a los varios miles de personas que completaron las localidades de sombra y algunas, pocas, de los tendidos de sol. Un año más hay que felicitar y agradecer a la raguesa casa Macua Corera por la organización y desarrollo de todo lo concerniente a la plaza de toros y a los encierros. Un garante, Jesús Macua, que, sin duda, los aficionados están echando en falta en la cercana ciudad de Tafalla. Cierto es que han existido algunas alteraciones y cambios en los carteles respecto a la materia prima a lidiar y un cambio torero importante, el de Cayetano; mas la empresa ha sabido resolver el galimatías ganadero de la primera corrida de toros del día 6 de agosto y reaccionó bien, aunque perdiendo algo de interés, con el sustituto: El Capea. Los 8 toreros (toreros, novilleros y rejoneadores) han hecho un pleno de salidas a hombros. La respuesta de público podía haber sido mejor, pero tampoco ha estado mal. Se ha agradecido alguna pequeña reforma en los accesos al tendido (alguna escalera y barandilla). Habría que seguir subiendo el empeño en dignificar al histórico recinto estellés y dotarlo de un mínimo de comodidad en las localidades corridas de tendido, sobre todo en la solanera.