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Mesa de Redacción

Alicia Ezker

Un hogar es más que un piso

No es lo mismo un piso que un hogar. Detrás de los pisos siempre hay cifras, detrás de los hogares hay personas. Los pisos son parte de un sector, el inmobiliario, se construyen y se entregan vacíos, diáfanos espacios sin vida; los hogares son otra cosa, siempre están llenos de vida y de historias. Por eso cuesta tanto dejar un hogar, porque lo que queda atrás es parte de lo que se ha vivido. No son cuatro paredes, son todo lo que guardan. Y cuesta mucho más cuando la decisión llega impuesta por la imposibilidad de hacer frente al alquiler o al pago de la hipoteca de un día para otro. La vivienda es clave para frenar la desigualdad y para facilitar la integración social. De ahí la importancia de aplicar políticas que garanticen el derecho de todas las personas no ya a tener una propiedad, sino a tener un hogar donde vivir. Ese espacio que es tu refugio, tu casa, el lugar desde el que creces y te socializas. Sea tuyo o alquilado. La vivienda no debería ser un negocio, y menos un negocio desde el que especular, desde el que enriquecerse a costa de que otros lo pasen mal. Algo va mal en un sector cuando el mercado va por un lado y la vida va por otro, cuando un alquiler de 650 euros, como el máximo pactado ayer entre Testa y el Gobierno para dar una salida a los afectados por el cambio de calificación de sus viviendas, se considera la solución al problema y no parte de él.