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Reyes Ilintxeta

Al señor Remírez, desde la escalera

Al señor Remírez, desde la escaleraJavier Bergasa

En francés hay una expresión muy interesante, l’esprit de l’escalier (el espíritu de la escalera), que define esa situación en la que en lugar de responder a algo a tiempo te callas y sientes que las ideas te vienen a la mente cuando ya es demasiado tarde. Este término se le atribuye al filósofo enciclopedista Denis Diderot, y la escalera a la que se refiere es la de la tribuna de oradores. Pues bien, yo tuve esa sensación el viernes pasado cuando el señor Remírez vino a la reunión del Consejo Navarro del Euskera a presentarnos el proyecto de Decreto Foral para regular la valoración de méritos en el acceso a puestos de trabajo en las Administraciones Públicas de Navarra. Nos dijo que este texto se basa en la “igualdad de oportunidades” y la “realidad sociolingüística”, y yo siento que perdí la ocasión de decirle que ese “derecho” a ser funcionario, por el que algunos suspiran, no existe y que el objetivo de la función pública debería ser dar un servicio lo más adecuado posible a toda la ciudadanía. Tampoco le dije que la realidad sociolingüística es algo que cambia sin cesar, por lo que deberíamos definir qué tipo de realidad queremos y poner las leyes necesarias para ello. No le comenté tampoco que la zonificación geográfico-lingüística en la época del metaverso, es de lo más desfasado que hay. Ni le dije que esa especie de “derecho” que invocan algunos a vivir en Navarra como si el euskera no existiese, es una pura entelequia. Y no le expliqué que este decreto le da más valor a algunas lenguas foráneas que al euskera, por lo que me parece un absoluto etxekalte, palabra que viene de la unión de etxe (casa) y kalte (daño) y que describe una forma de actuar dañina para el hogar. Una pena.