Guerra tenía una perra que le daba mucha guerra. El comienzo de este trabalenguas recuerda a lo que esta ocurriendo en Siria: que no cesan de estar continuamente en guerra.

Todas las guerras son crueles, con el agravante de que al final nadie las gana.

Nadie se explica lo que está ocurriendo en este país asiático, en tiempos tan feliz, e inspiración de algunos cuentos de Las mil y una noches, pero cuando alguien coge una perra y no cesa de dar guerra, el ambiente sube a la parra, y puede armarse tranquilamente la marimorena.

Desde que ocurriera la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de ellas, por no decir todas, han sido en aras de hacer reaccionar a las economías.

Después de esta Gran Guerra vino un periodo de una gran bonanza, los locos años veinte, y al final de esta década, llega la Gran Depresión, que motivaría la preparación de lo que sería la terrible Segunda Guerra Mundial que, una vez ya finalizada, revolucionó las economías para las tres décadas siguientes.

Gracias a los terribles ingenios que hay guardados, no ha brotado la que sería la Tercera Guerra Mundial, y que Einstein manifestaba: "No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial, pero si sé con cuáles lo harán en la cuarta: palos y mazas".

La reflexión no podía ser más elocuente, y es que después de la Tercera, no iba a quedar nada, y volveríamos otra vez al principio de los tiempos, donde con seguridad, aparecería en escena alguien, que no cesaría nunca de dar guerra, y que, sin duda, volvería a subirse a la parra.

Antxon Villaverde Bengoechea