El 21 de octubre, en el spa de Gorraiz, saliendo del jacuzzi al ir a ponerme las chancletas para salir al baño, a unos dos metros de la zona del agua, había un charco que no vi y lo pisé. Me resbalé y la caída fue inevitable, con tan mala suerte que me rompí 2 costillas y el radio con desplazamiento del hueso de la mano derecha.

Me atendieron mi pareja y una chica que estaba en el spa, que dijo que era enfermera. Imposible localizarla y saber quién era. Les dije si tenían seguro y me dijeron que sí y que darían parte.

Pero cuál ha sido mi sorpresa que ni su compañía aseguradora Mapfre ni el spa de Gorraiz se hacen cargo de mi caída. 6 semanas de escayola más la rotura de costillas y cuando me quiten la escayola una rehabilitación hasta que mi mano esté bien. Soy una persona, no un objeto que se rompe y se tira. Por ello me gustaría “dar las gracias” por nada, tanto a Mapfre como al spa de Gorraiz.