Pamplona ha rendido homenaje este viernes a Enrique Los Arcos Garayoa, el último integrante de Los Iruñako fallecido el pasado mes de agosto a los 90 años, con la colocación de una placa en su recuerdo en la calle Ansoleaga.

El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, acompañada de la viuda del músico, Amparo Sevillano, ha descubierto una placa colocada en la calle Ansoleaga 12 en su recuerdo, el inmueble en el que vivió el músico los últimos 50 años de su vida. En el acto oficial, en nombre de la familia ha intervenido su hija, María Pilar Los Arcos, que ha estado rodeada de familiares de otros miembros de la formación musical y amigos.

Durante el homenaje se ha colocado una placa en el lugar de residencia de Los Arcos y se ha ofrecido un momento musical a cargo del grupo de auroros de Santa María en el que tocaba Enrique Los Arcos que ha interpretado la canción 'Un acordeón en el cielo' compuesta por Óscar Salvoch.

Actuación de los auroros en recuerdo de Enrique Los Arcos Garayoa. Unai Beroiz

Joseba Asiron ha destacado que la aportación de Kike Los Arcos "forma parte ya de la historia de nuestra ciudad y, por supuesto, de nuestros Sanfermines". "Su participación activa en la fiesta como miembro de la peña Los de Bronce, compositor del canto del Encierro, son tan solo algunos ejemplos de todo lo que ha aportado a la ciudad", ha recordado.

"Acompañado de su acordeón y de sus compañeros, ya como integrante de los Iruña'ko, recorrió medio mundo llevando a todos los rincones el corazón de Pamplona, de nuestra cultura, como carta de presentación. En una época en que realmente era muy difícil traspasar las fronteras, y más para una ciudad pequeña como Pamplona, Kike ayudó a que Iruña, a que su música, se conociera más allá incluso del océano Atlántico", ha resaltado.

El alcalde ha considerado "de vital importancia mantener vivo ese legado que tan generosamente nos dejó y reconocer la importancia de su labor en mantener vivos nuestros valores y nuestra cultura". Y ha afirmado que la placa conmemorativa colocada este viernes "será un testigo de esa incalculable aportación y un símbolo de gratitud por parte de su ciudad" así como "un recuerdo a las generaciones futuras para que sigan su ejemplo de dedicación y de amor por la música y por la cultura de Pamplona".

Por su parte, María Pilar Los Arcos, hija de Enrique (Kike) Los Arcos, ha recordado a su padre como una persona "discreta y sencilla, con un gran corazón. Era generoso y amable. Siempre producía una enorme sonrisa, que llegó a ser su seña de identidad". "Y sobre todo era pamplonica hasta la médula", ha resaltado, para añadir que, junto con el resto de integrantes de los Iruña'ko, "llevó por medio mundo su origen por bandera y difundió la música de nuestra tierra con orgullo y pasión".

"Cuando regresó definitivamente a Pamplona tras la disolución del grupo, siguió participando de la vida social y cultural de la ciudad desde distintos ámbitos", ha explicado. "Siguió tocando el acordeón y ensayaba a diario. Cuando se jubiló, entró a formar parte de los auroros de Santa María y con ellos recuperó la ilusión por tocar en un grupo", ha recordado.

"Hace casi seis meses que mi padre nos dejó y hoy hubiera cumplido 91 años. Eso hace que para nuestra familia este acto sea aún más especial. A pesar de lo mucho que duele su ausencia, nos sentimos reconfortados y felices por este homenaje que, además del reconocimiento que implica, nos permite recibir el afecto y el cariño de todas las personas que conocisteis y apreciasteis a mi padre", ha agradecido.

Este homenaje se suma a la dedicación nominativa a los Los Iruña'ko de un parque en Azpilagaña Sur. Los Arcos, junto con sus cuatro compañeros, Joaquín Zabalza, Iñaki Astondoa, Enrique Abad y Alberto Huarte (y en sus primeros tiempos Josetxo García), llegó a grabar más de 250 canciones, girando en concierto durante 4 años por más de 20 países de Europa y América, con más de 1.500 galas y actuaciones en su trayectoria. Compartieron escenarios con formaciones como Los Platters o Los cinco latinos, o intérpretes como Lucho Gatica o Frank Sinatra. En España lo hicieron con Lucero Tena o Marisol.

La ciudad debe a Los Iruña'ko el haber grabado por primera vez las partituras asociadas con los Sanfermines y las peñas de la ciudad. Para la historia han quedado algunas de sus composiciones como el 'A San Fermín pedimos...' que se canta antes de los encierros de San Fermín, el himno del Club Atlético Osasuna o la jota 'La Javierada', sobre la peregrinación que se realiza al Castillo de Javier. Su disolución como grupo tuvo lugar en 1965 aunque en 1980 volvieron a actuar en la Plaza Consistorial de Pamplona con motivo de la imposición a sus miembros del pañuelico de honor de la ciudad. Finalmente, en 2003 realizaron una última actuación en el Teatro Gayarre con ocasión de un homenaje en su 50ª aniversario. Ese mismo año, lanzaron el segundo chupinazo de las fiestas de San Fermín.

Enrique Los Arcos Garayoa, nacido el Pamplona el 2 de febrero de 1934, estuvo casado con Amparo Sevillano con la que tuvo con dos hijos (Mª Pilar y Moisés). Aprendió a tocar el acordeón con su tío Juanito mientras trabajaba en el negocio familiar, la Librería Los Arcos.

Tocaba por distintas localidades de Navarra con formaciones como Los Nocturnos y Los Melódicos cuando fue fichado por Los Iruña'ko. Fue, además, socio, directivo y músico de la peña Los del Bronce y regentó el bar Las Vegas de Pamplona en la calle Estafeta, en la esquina con la Bajada de Javier.

Esta es la cuarta placa colocada en la ciudad en homenaje a los integrantes del grupo tras la colocada en octubre de 2011 en la vivienda de Joaquín Zabalza y Alberto Huarte (calle Mayor, 54) y la instalada desde 2019 en la casa natal de Iñaki Astondoa, en la calle San Francisco, 32.

Casado con Amparo Sevillano y con dos hijos (Mª Pilar y Moisés), hasta su jubilación, llevó el bar Las Vegas en Pamplona. En 2019 fue galardonado con la Cruz de Carlos III el Noble como miembro del famoso grupo musical.

Un grupo internacional

Los Iruña’ko, constituida en 1953, nació en Pamplona, integrada, inicialmente, por Josecho García (muerto en 2018), Joaquín Zabalza (fallecido en 2005 a los 73 años), Alberto Huarte (que murió en 2011 a los 86 años) y Kike Los Arcos, a los que posteriormente se sumaría Enrique Abad (murió en 2019 a los 86 años), en 1956. La formación definitiva se cerraría ese mismo año con la entrada de Iñaki Astondoa (también fallecido en 2019 a los 82 años) en sustitución de Josecho García.

 En origen, la banda interpretaba y arreglaba canciones típicas del folklore navarro, muchas compuestas por el maestro Turrillas.

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Ese fue el germen de un fenómeno que traspasó no solo las mugas navarras sino las fronteras estatales, ya que triunfaron en más de 20 países, grabaron decenas de discos, actuaron en radios y televisiones de medio mundo y actuaron durante 5 años en Las Vegas contratados por Frank Sinatra.

Cuando estaban en lo más alto de su carrera, el grupo decidió poner fin a tan ajetreada vida con un último concierto en el cine Moncayo de Tudela, que tuvo lugar el 1 de febrero de 1965, tras acumular más de 3.000 actuaciones a sus espaldas.