pamplona - Familiares y amigos, acompañados de representantes políticos de UPN, Podemos, PSN, PP y UPyD, recordaron ayer al subteniente Francisco Casanova, 15 años después de su asesinato a manos de ETA, en un homenaje en el que la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, recibió insultos y amenazas por parte de un grupo de exaltados y tuvo que abandonar el acto antes de tiempo acompañada por el concejal de Zizur Javier Álvarez Montero.

Al homenaje acudieron un año más su viuda Rosalía Saiz-Aja y los dos hijos del subteniente, quien murió tras ser tiroteado por los terroristas en la puerta de su domicilio en Berriozar, al finalizar su jornada laboral en el cercano acuartelamiento del Ejército de tierra en Aizoain. En su recuerdo se ofició una misa y se celebró una ofrenda floral en la Puerta de la Libertad, una escultura instalada hace diez años en recuerdo de las víctimas del terrorismo en las inmediaciones de la Plaza Eguzki, donde posteriormente tuvo lugar el 14º Encuentro de Jotas en honor a Casanova, quien pertenecía al grupo de jotas local Ecos de Navarra.

pasividad ante los insultos Entre los cargos políticos destacaba la presencia del expresidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, junto a otros compañeros de UPN como Alberto Catalán, Javier Esparza, Sergio Sayas o la senadora Amelia Salanueva; la secretaria general del PSN, María Chivite, el eurodiputado del PP Pablo Zalba con el diputado José Cruz Pérez Lapazarán y el senador José Ignacio Palacios; y la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundua. También acudió la delegada del Gobierno en Navarra, Carmen Alba, que, como la mayoría de los cargos políticos presentes, ni se inmutó ante los insultos y amenazas que recibió Ainhoa Aznárez (Podemos), que llegaron a tal punto que se vio obligada a abandonar el acto sin poder transmitir a la familia su solidaridad.

A este respecto, la propia Aznárez, que no era la primera vez que acudía a este acto, confió en que se trate de hechos aislados e hizo un llamamiento a la sociedad para continuar por el camino de la paz. La presidenta del Parlamento señaló a los periodistas que su presencia era para “acompañar a la familia” en el dolor. También quiso dejar “constancia de que el Parlamento también en estos asuntos estamos con las familias, vecinos y vecinas, y para que se normalice de una vez por todas la situación”, y añadió su convicción de que “cómo no, como todo el mundo queremos que ETA deje de una vez por todas las armas”.

“sentimientos encontrados” Por su parte, la viuda de Casanova, Rosalía Saiz-Aja, reconoció que volver a Berriozar -localidad que abandonó tras el asesinato de su marido- le hace vivir “sentimientos encontrados”. “La pena que tienes no se te olvida, y llegar aquí es recordar lo pasado y lo sufrido, y sigues sufriendo. Por otra parte, te sientes satisfecha de ver a gente que te apoya, te acompaña, que te da un abrazo, te dice ‘ánimo y estamos contigo’. Eso te reconforta también”, dijo.

En cuanto a la presencia de la presidenta del Parlamento o la ausencia de representación del Gobierno foral, pidió a los partidos que “deben estar totalmente de acuerdo en que hay que estar en contra del terrorismo y manifestarlo públicamente. Y eso no lo hacen algunos”.

También cuestionó que el nuevo Gobierno de Navarra haya creado una consejería que se encargará, entre otros asuntos, de “paz y reconciliación”, un asunto que ha pedido que no sirva para “pensar que aquí no ha pasado nada y empecemos de cero, cuando hay un millar de muertos en atentados”, aseguró. - Efe/D.N.