La cárcel de Neumünster, situada en el land alemán de Schleswig-Holstein, fue el destino elegido para Carles Puigdemont, que ingresó ayer por la tarde en dicho centro penitenciario tras haber sido detenido cuando acababa de cruzar en coche la frontera desde Dinamarca con dirección a Bélgica. Poco después de conocerse la noticia de su arresto, una pancarta con las palabras “libertad presos políticos” escritas en inglés apareció frente a la puerta de entrada a la institución.
La prisión en la que permanecerá Puigdemont al menos una noche es la mayor de Schlewig-Holstein, el estado situado al norte de Alemania y que hace frontera con Dinamarca. De acuerdo a la página web de la cárcel, el edificio fue construido hace más de 100 años, entre 1901 y 1905, y se reformó en 2004. A día de hoy, Neumünster cuenta con un muro de protección de 685 metros de largo y un total de 571 celdas, de las cuales 505 están destinados a los presos con régimen cerrado, 44 para los que están pendientes de juicio (una de estas celdas la ocuparía Puigdemont) y 20 para los presos con tratamiento psiquiátrico. Además, la cárcel dispone de 22 calabozos más en la propiedad rural de Jugendarrestanstalt Moltsfelde, situada a unos 6 km de distancia.
Neumünster es, concretamente, un centro para hombres adultos con penas de hasta cinco años, y un 74% de los reclusos son de nacionalidad alemana. El 26% de los presos son extranjeros (pertenecientes a otras 35 naciones) pero predominan los turcos y los procedentes de países de la Europa del Este. Además, en la prisión trabajan 256 empleados, de los cuales 65 son mujeres. - D.N.