Juan Carlos I defiende su "herencia" democrática al Estado y desea regresar a su "hogar"
En una entrevista poco antes de salir sus memorias, el rey emérito reconoce que también quiso huir de la prensa
El rey emérito defiende la democracia como la "herencia" que, según recoge en su libro de memorias, dejó durante su reinado. Dicho libro se publicará el 5 de noviembre en Francia, y en él expresa su deseo de renovar una relación "armoniosa" con Felipe VI y sobre todo de regresar a su "hogar" tras cinco años de exilio en Abu Dabi.
"Espero sobre todo, durante mi vida, tener una jubilación tranquila, renovar una relación armoniosa con mi hijo y, sobre todo, regresar a España, a mi hogar", afirma Juan Carlos I en la publicación, editada por Stock. Algunos extractos han sido desvelados en el semanario Le Point y también se ha pronunciado sobre el contenido de sus memorias, en una entrevista al diario francés Le Figaro.
Réconciliation. Mémoires. Juan Carlos I dEspagne" (Reconciliación. Memorias. Juan Carlos I de España) es el título del libro escrito por Laurence Debray, hispanófila e hija del famoso filósofo y autor Regis Debray y de la historiadora franco-venezolana Elizabeth Burgos. Redactado en primera persona, está previsto que las memorias del rey emérito salgan a la luz a principios de diciembre en el Estado español de la mano de la editorial Planeta.
La democracia "no cayó del cielo"
"¡La democracia española no cayó del cielo! La quise desde el principio, y mi libro cuenta esta historia", asegura Juan Carlos I a Le Figaro, entrevista en la que se pronuncia sobre el aplazamiento de un año de la publicación del libro por, según relata, presiones externas y el acuerdo de que coincidiese con el cincuentenario de la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.
"Tras cuarenta años de dictadura, le di a los españoles una democracia que sigue viva; es mi herencia", declara, al recordar que cuando llegó al poder "tenía la brújula, pero no el plan" para llevar al Estado español de la dictadura de Franco al régimen democrático actual.
Y añade: "Dudé en escribir este libro, pero poco a poco me di cuenta de que los hijos y nietos de mis amigos no tenían la menor idea de Franco ni de la transición democrática que le siguió. Y, sin embargo, ¡los años setenta no han pasado tanto! Creí necesario dar testimonio directo de lo que viví durante treinta y nueve años de servicio a mi país".
Por otro lado, preguntado por Le Point sobre si tiene algún consejo que dar a su nieta Leonor, Juan Carlos I dice: "Que tenga seguridad en sí misma, que cumpla con su deber con simpatía y amabilidad, que sea la garante del respeto a la Constitución Española".
"La obra de mi vida", concluye, tras expresar su preocupación por un mundo donde el autoritarismo y el populismo vuelven a afianzarse. "Es más fácil destruir una democracia que construirla", sostiene. En este sentido, Juan Carlos I espera que su libro exorcice "nuestros demonios, que están regresando", advierte.
Añoranza
En Abu Dabi, donde reside desde hace cinco años tras varios escándalos, el rey emérito Juan Carlos I, a sus 87 años, asegura que trata de mantenerse lo más ágil posible siguiendo el consejo que le dio el actor Clint Eastwood: "Cada mañana, dejo al viejo fuera".
Desde que se mudase allí en agosto de 2020, el monarca asegura que apenas ha visto a familia, salvo a su nieto Froilán, que vive con él. "Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. No puedo contener la emoción al pensar en ciertos miembros de mi familia para quienes ya no importo, y especialmente en España, que tanto echo de menos. Hay días de desesperación, de vacío", llega a lamentar.
En cuanto a sus memorias, defiende que su salida a Abu Dabi fue voluntaria para "no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a mi hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas".
Por otro lado, reconoce que fue "un grave error" aceptar como regalo cien millones de dólares por parte del rey Abdulá de Arabia Saudí en agosto de 2008, pero apunta que "todos los procesos judiciales han sido desestimados" y no se le ha imputado "nada", ni de la acusación de blanqueo de capitales ni de la denuncia por acoso de Corinna Larsen. Entre las últimas afirmaciones del emérito destaca el hecho de que se presente como rehén pese a haber sido quien, según cuenta, devolvió la libertad al Estado español: "Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí". "Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación y mis supuestos amigos han desaparecido, me doy cuenta de que nunca fui libre", asevera.
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