Navarra ha sido galardonada por la organización ambiental WWF y Atresmedia con el premio estatal Luz Verde por su trabajo en la estrategia Ebro Resilience para reducir el impacto de las inundaciones.

En concreto, según han informado desde el Gobierno foral en una nota, en la primera edición de los premios Luz Verde se ha reconocido a Navarra por implementar acciones para reducir el impacto de las inundaciones en el tramo medio del Ebro, "uno de los más expuestos a estos fenómenos actualmente y con previsión de empeoramiento debido al cambio climático, mejorando el estado ecológico del río y sus hábitats, mediante medidas basadas en la naturaleza y de retención natural de agua y creando infraestructura verde".

El director técnico de la sociedad pública GAN-NIK, Luis Sanz, ha sido el encargado de recoger el premio por parte de Navarra junto a representantes técnicos de La Rioja, Aragón, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y el MITERD, partes también integrantes de la estrategia.

En palabras de Luis Sanz "las inundaciones son el fenómeno que mayores daños provoca en España y Europa, el 70% de las indemnizaciones realizadas por el Consorcio de Compensación de Seguros entre 1990 y 2022 se debieron a ese motivo".

"Además, se espera que el cambio climático vaya generando una mayor recurrencia y virulencia de los episodios de crecida, y el tramo medio del Ebro es una de las zonas de mayor exposición", ha indicado.

En ese sentido, Sanz ha destacado que "las propuestas tradicionales en materia de gestión del riesgo de inundación protegen para determinado caudal, pero empeoran los efectos de las inundaciones para caudales mayores".

"Por el contario, estas actuaciones del Ebro Resilience están diseñadas para que sean funcionales en episodios de inundación de carácter extraordinario, mitigando sus efectos también en esos casos. De esta forma, permiten la adaptación a los efectos del cambio climático de las actividades humanas adyacentes al cauce. Además, lo hacen de una manera mucho más sostenible, con un diseño basado en el funcionamiento natural del río, utilizando soluciones basadas en la naturaleza y de retención natural de agua para el planteamiento de los proyectos", ha apuntado.

En concreto, las actuaciones de la Estrategia Ebro Resilience en Navarra constan de la obra ya finalizada de la fase I en el paraje del Ortigoso de Milagro, así como de la obra de la fase II de este paraje y del meandro del Señorío de Castejón, donde la CHE eliminará la mota, además de una segunda fase con el objetivo de recuperar un espacio fluvial que se restaurará desde la empresa pública GAN/NIK.

En su conjunto, las actuaciones de la Estrategia a su paso por las tres CCAA suponen la recuperación de 113 hectáreas de espacio fluvial, integradas en la Red Natura 2000; la creación de dos humedales; el traslado de los pozos de abastecimiento de Alfaro a una posición más segura; la plantación de 70.000 ejemplares de vegetación autóctona; la construcción de un cauce de crecidas de 800 metros y la recuperación de 3 km de brazos perdidos del río.  

ACCIÓN DE NAVARRA EN TORNO AL AGUA

La Estrategia Ebro Resilience premiada por WWF y Atresmedia es una de las actuaciones de Navarra en materia de agua, "pero no la única". Navarra es una comunidad que "tiene muy presente el agua y trabaja de forma activa en diferentes actuaciones tanto para la recuperación de cauces fluviales y la mejora de hábitats, como para la prevención del riesgo de inundaciones".

En ese sentido, en materia de restauración de cauces fluviales, durante el último año Navarra ha acometido el derribo de un total de 15 azudes, "liberando a los ríos de estos obstáculos, recuperando las condiciones naturales originarias de sus riberas y evitando la fragmentación de los hábitats que estas infraestructuras en desuso provocan en los ecosistemas -vegetación o especies acuáticas- de estos lugares".

Anteriormente, la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha promovido, desde 2024, el derribo de otros 9 azudes -3 de ellos, cofinanciados a través del proyecto europeo Life Kantauribai, que gestiona la sociedad pública GAN-NIK- con una inversión total de 540.000 euros.

En materia de prevención del riesgo de inundaciones, Navarra está actuando por diferentes vías. Por un lado, a través del proyecto europeo LIFE NAdapata, ha elaborado 17 planes locales de gestión ante el riesgo de inundaciones y ya son 48 ayuntamientos de las zonas más expuestas los que tienen elaborado un plan con "indicaciones minuciosas sobre cómo actuar en cada caso, tanto por parte del personal de protección civil y los equipos especializados como por parte de la ciudadanía".

Tras la redacción de dichos planes de emergencia municipal, 22 ayuntamientos han implementado además una herramienta digital de avisos que les proporciona información en tiempo real y específica para su localidad, y poder activar los distintos niveles de alerta contemplados en los planes municipales de prevención con anticipación, en base los sensores de caudal y pluviometría en tiempo real existentes en Navarra.

Además, a través de este mismo proyecto europeo, Navarra ha desarrollado también un sistema digital de alertas tempranas para anticipar la gestión en las inundaciones en base a sus 28 estaciones de medición en tiempo real de los caudales circulantes en los ríos de Navarra (SAIH de Navarra).

Los datos de estas estaciones se unen a los datos de otros entes públicos como el SAIH del Ebro, el SAIH de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, meteonavarra, Aemet, las diputaciones Forales de Gipuzkoa y Álava, Euskalmet, etc., sumando así datos de 104 pluviómetros y 75 estaciones de medición de caudal.

La herramienta informática integra estos datos que existen en las cuencas de ríos de Navarra en tiempo real para facilitar el seguimiento y gestión de los episodios de avenidas.

Por otra parte, para complementar los sistemas de prevención, Medio Ambiente, a través de su oficina de Cambio Climático, ha puesto en marcha una batería de ayudas dirigidas tanto a municipios como a personas físicas y entidades privadas para el retranqueo de motas, la creación de corredores verdes para encauzar riadas, la recuperación de meandros o la permeabilización y adaptación de infraestructuras en zonas urbanas, entre otras, así como para acometer el mantenimiento del cauce en una veintena de puentes de titularidad foral.

Estas líneas de ayuda se pusieron en marcha por primera vez en el año 2024 por un valor de 5 millones de euros y se van a actualizar para este 2025.