En la zona este de Navarra, a los pies de los Pirineos, se extienden las 1.500 hectáreas de la Baja Montaña, un territorio donde se respiran los climas atlántico, continental y mediterráneo. Este fenómeno, junto a la orografía, la vegetación y la particularidad del suelo, convierte a la Baja Montaña en una zona única para el cultivo de viñedos de gran personalidad en los que la Garnacha es la variedad por excelencia.
Bodega Eslava y su homenaje a la garnacha
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En la zona este de Navarra, a los pies de los Pirineos, se extienden las 1.500 hectáreas de la Baja Montaña, un territorio donde se respiran los climas atlántico, continental y mediterráneo. Este fenómeno, junto a la orografía, la vegetación y la particularidad del suelo, convierte a la Baja Montaña en una zona única para el cultivo de viñedos de gran personalidad en los que la Garnacha es la variedad por excelencia.
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