La Red Bullet se formó en 2012, pero creo que al principio hubo algún cambio de formación hasta llegar a la actual y definitiva, ¿no?

–(Borja Muerza) Mikel y yo formamos la banda junto con otros dos compañeros, Adolfo Suárez y Miguel Tiberio, que ya no están en el grupo. Para todos, este era el primer grupo que nos tomábamos en serio.

–(Mikel Salinas) Exacto, fue la primera vez que nos propusimos hacer temas más complejos, grabar…

–(B.M.) Inicialmente teníamos un enfoque un poco distinto, más cerca de bandas como Incubus, Red Hot Chili Peppers… Picábamos de todo. Luego nos fuimos orientando más hacia el post rock.

¿Ese sería el estilo principal del grupo, el post rock?

–(M.S.) En líneas generales, creo que es lo que más nos define, pero también escuchamos bastante metal, nos gustan los ritmos complejos de grupos como Radiohead… Los intereses van por muchos lados.

–(B.M.) Creo que tenemos dos grandes corrientes de influencias. Una es la que comenta Mikel, y otra, sobre todos en estos años en los que hemos estado más en la sombra, nos ha atropellado el metal progresivo, corrientes como el Djent nos han enamorado bastante. Es una mezcla de metal con pop, estructuras muy complejas con estribillos más simples. Esa es la mezcolanza que nos gusta. Grupos como Vola, Steven Wilson…

–(Josu Salinas) Haken es otro grupo que nos encanta, tiene ritmos complejísimos y cosas de este estilo.

“Tenemos un exceso de confianza entre nosotros, nos podemos meter en la cocina del otro sin problema; y no tenemos prisa”

¿Esta definición de estilo quedó patente desde el principio?

–(M.S.) Al principio, cuando estábamos los primeros cuatro miembros, los gustos eran más heterogéneos, había funk y otros estilos. En el primer disco hay de todo. Cuando cambiamos la formación, nos quedamos Borja y yo y entraron mi hermano Josu y el hermano de Borja, Nacho. Como compartíamos más gustos, ya nos orientamos hacia lo que hacemos ahora.

–(B.M.) El cambio se dio temprano. Luego ha habido evolución y se nota cómo nos vamos contaminando con otras influencias.

En 2014 llegó su primer disco, ‘Railways’. Lo grabaron con Iñaki Llarena, pero luego han trabajado con otros productores.

–(M.S.) Sí. El primero con Iñaki Llarena, el segundo (Origin of seeds, 2016) con Hans Krüger en Subiza, y el tercero, de nuevo con Llarena, pero la producción fue más nuestra, especialmente de Borja. Los detalles de producción suelen estar ya en el momento en que componemos el tema. Luego intentamos definirlos mejor en el estudio, pero normalmente tenemos claro el lugar al que queremos llegar.

–(B.M.) Hemos grabado dos bandas sonoras en Estudios K, con Alberto Porres, y lo hicimos entre todos. Poco a poco, conforme íbamos aprendiendo, nos hemos ido encargando más nosotros. También porque tenemos clara la idea y quizás no sabemos transmitírsela bien a otra persona.

–(J.S.) Sí, nuestro mayor problema es ese. Muchas veces, tenemos algo muy metido en la cabeza, pero no somos capaces de explicárselo bien al productor.

Su música es muy experimental. ¿Cómo es su proceso de trabajo? ¿Tienen que meter muchas horas hasta dar con lo que buscan?

–(M.S.) Esto es curioso, porque en casi todos los grupos suele haber uno o dos compositores principales, mientras que aquí todos tenemos un papel muy activo, tanto en las partes de nuestro instrumento como en las de los demás. Es un trabajo conjunto. Generalmente partimos de una idea de guitarra o un texto, y luego colaboramos todos por igual. Hay temas que nos salen rápido y otros que hemos tocado durante meses, cambiando cosas hasta dar con lo que buscamos.

–(B.M.) Tenemos un exceso de confianza entre nosotros, nos podemos meter en la cocina del otro sin problema. Y no tenemos prisa, que es muy importante. Nos lo tomamos con calma para ir cocinando las canciones.

“Queremos seguir tocando en directo; hemos cogido inercia para este concierto, que queremos que sea conceptual y muy redondo”

Parece que dan más importancia a la música que a la letra. Hay largos pasajes instrumentales, canciones sin voz… De hecho, cuando entra la voz, parece un instrumento más.

–(M.S.) Es así. Normalmente tenemos extensiones instrumentales largas y lo suficientemente complejas como para que no haya espacio para una voz protagonista. Muchas veces, cuando surge la voz, es porque notamos que ese pasaje nos está pidiendo a gritos una letra; entonces trabajamos algún texto que encaje bien.

Su último disco, ‘Mariner eleven’, es de 2020, el año de la pandemia. Imagino que no habrían podido presentarlo en directo. ¿Esa fue la razón de que estos años sin noticias de La Red Bullet?

–(M.S.) Ha habido varios motivos. Lo que dices ha influido, pero no ha sido la causa principal. Ha coincidido que varios miembros del grupo hemos tenido hijos, temas laborales, otros proyectos musicales… Tenemos vidas complejas y nos ha costado sacar tiempo para juntarnos y trabajar. La música que hacemos requiere mimo y tiempo.

–(B.M.) Solo sacamos algo cuando sentimos que es el momento. Nunca hemos dejado de tocar. Todos los años nos vamos una semana a un caserío en Francia para ensayar. Nunca hemos dejado de hacerlo, pero esta vez, de manera natural, nos hemos dado un tiempo de cara al exterior, para desarrollar otros proyectos personales y musicales.

El último concierto que ofrecieron, en 2021, fue con imágenes del documental ‘Islandia, el refugio perfecto’.

–(M.S.) Conocíamos al productor de este documental, y utilizaron el Mariner eleven para su banda sonora. Como no habíamos girado demasiado, le dimos salida al disco en parte por ahí.

El concierto de Canalla de este viernes también está relacionado con ese documental, ¿no?

–(B.M.) Sí. Ignacio Juárez y Borja Lezaun, responsables del documental, se alían mucho con nuestro proyecto, tenemos mucha confianza mutua. Vamos a compartir este concierto con ellos, que van a hacer un evento relacionado con el tema del documental. Volvemos a los escenarios un poco gracias a su impulso, y a partir de aquí sí que tenemos idea de hacer más cosas.

Van a sacar un epé a finales de año. ¿Manejan ya fechas concretas?

–(B.M.) No tenemos fechas definidas. Las canciones ya están, de hecho presentaremos alguna este viernes. Tenemos idea de lanzar un primer epé, luego ya veremos si le damos forma a un disco conceptual. El mes que viene nos metemos en el estudio. A partir de ahí, lo que tardemos en darlo por terminado.

–(M.S.) Queremos seguir tocando en directo. Hemos cogido inercia para este concierto, que queremos que sea muy redondo, conceptual con todo lo que hemos preparado. Y eso nos lleva a querer seguir tocando, aunque es complicado, tanto por agendas como por la industria. Además, llevamos mucha parafernalia para las actuaciones y no es fácil.

Sí, lo de tocar en directo cada vez está más complicado.

–(B.M.) Es un tema denso. Yo creo que la situación está complicada por varios factores. Puede haber todavía herencia de la crisis de hace unos años. Encontrar un sitio para dar un concierto modesto, un concierto pequeño de un grupo con un nicho más reducido, es cada vez más difícil. Los grandes eventos se lo llevan todo y los pequeños cada vez tienen menos oportunidades.