En el día a día nos resulta muchas veces difícil sustraernos a los pequeños caprichos o a las compras compulsivas.

Las facilidades que nos ofrecen a todas horas los comercios físicos o las plataformas on line hacen que adquirir una prenda de última hora, un capricho gastronómico, una escapada a un lugar con encanto o una pequeña joya, entre otros ejemplos, no nos suponga una decisión conflictiva.

Sobretodo cuando al llegar a la caja o a al carrito de la compra de internet te encuentras con la tentadora oferta del compra ahora y paga después, fórmula que te hace parecer que tu adquisición, generalmente de un producto que no es de primera necesidad no sea tan gravosa ya que no tienes que desembolsar su importe en el primer momento y su pago es diferido.

Comprar con la sensación de que sales de la tienda sin pagar es una sensación en principio placentera y gratificante, pero las consecuencias más desagradables pueden venir después.

El Banco de España ha alertado del riesgo de sobreendeudamiento e impulsividad en las compras que puede generar en los consumidores el uso de estas fórmulas, por lo que recomienda a todos los consumidores que las decisiones de compra se tomen de manera sensata.

De la misma manera hay que valorar fórmulas similares como algunos pagos fraccionados y la extensión de los comercios de ventajas que suponen que la compra no genera gastos añadidos o que el envío del producto es gratis.

La propia entidad señala que la revolución digital y los cambios en el comportamiento de los consumidores han transformado mucho el modo en que se gestionan las finanzas y, especialmente, el uso de métodos de aplazamiento de pago para compras de bienes y servicios en los puntos de venta. En este contexto, se explica el auge de la fórmula compra ahora y paga después, que ofrecen los establecimientos comerciales a través de bancos, otras entidades financieras y aplicaciones financieras tecnológicas como Bizum y otras similares.

Este método consiste en fraccionar y aplazar los pagos de las compras realizadas por el consumidor, ya sea en un punto de venta físico u on line y supone ya un 3% de las compras realizadas en España. Está pensado básicamente para compras de importes no muy elevados (por ejemplo, moda, belleza, deporte o electrónica). El consumidor puede decidir en el momento de la compra si desea aplazar el pago mediante un crédito concedido casi de forma automática que deberá devolver en cuotas mensuales. “Estos créditos pueden tener o no intereses y comisiones, dependiendo de la oferta de la entidad, aunque es frecuente que no los tengan. No obstante, hay que valorar que, en caso de no atender el pago de alguna de las cuotas acordadas, la entidad podría cobrar intereses de demora y comisiones por impago, lo que elevaría de forma importante el coste del crédito recibido”, recuerda el Banco de España.

En principio, una de las principales ventajas para el consumidor del compra ahora y paga después es la inmediatez en su proceso de aprobación, además de la flexibilidad financiera, pues puede pagar más adelante lo adquirido en el momento.

No obstante, antes de hacer uso de este método, es importante que conocer también los riesgos que implica, ya que si caes muy a menudo en esta práctica no recomendable por los expertos financieros corres el peligro de afrontar a posteriori pagos mensuales que aunque sean de escasa cuantía su suma sea lo suficientemente considerable como para que afecte a tu capacidad de gasto o de ahorro, eche por tierra tu presupuesto y te coloque en una difícil posición financiera.

“El compra ahora y paga después puede provocar una falsa sensación inmediata de ahorro y, por tanto, puede generar un riesgo auténtico de sobreendeudamiento si se financian varias compras con este sistema y se incrementan considerablemente los gastos en meses futuros, comprometiendo el dinero del que se dispondrá a medio y largo plazo”, avisa con buen criterio el Banco de España.

Otro de sus peligros que señala la institución es que como la contratación se produce en el mismo momento del pago, en cierta forma no se percibe como un crédito y, por tanto, no se le dedica el mismo nivel de atención a la información recibida durante el proceso de comercialización y contratación, como ocurriría con cualquier otro tipo de financiación. De este modo, se pueden dar sorpresas en el futuro como, por ejemplo, el cobro de comisiones e intereses.

El Banco de España concluye que esta fórmula tan extendida de comprar ahora y pagar después resulta muy tentadora, pero puede fomentar la compra impulsiva. Por ello, debe primar la sensatez en las decisiones de compra para evitar el sobreendeudamiento y comprometer las finanzas personales a medio o largo plazo”.

Otros expertos señalan además del riesgo de que esta fórmula conlleve paradojas como que vasa estar pagando determinados productos más tiempo que el que los estás disfrutando o la acumulación de pequeñas compras pero en diversos establecimientos, por lo que el monto final de tus deudas puede llegar a ser considerable.

Por no hablar de la incitación a los jóvenes a consumir de manera compulsiva y por encima de sus posibilidades, lo que ha lleva a varios países europeos impulsar campañas por un consumo más responsable. Los sociólogos destacan la influencia negativa de las redes sociales y de los influencers en este tipo de comportamientos.

Además, las entidades financieras ya están alertando de una mayor presencia entre sus deudores de personas con este perfil consumista.

Sin embargo, según un estudio de PayPal, en España el 71% de las personas usuarias de esta fórmula de compra afirman que aplazar los pagos mediante el comercio electrónico les ayuda a gestionar su presupuesto, mientras que el 70% de los usuarios mileniales y de la generación Z que utilizan este sistema coinciden en que les ayuda a dividir el coste y comprar mejores productos.