Peio Mendia, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra, se muestra satisfecho por la entrada en vigor de la nueva tarifa regulada (TUR) de gas destinada a las comunidades de vecinos con calderas comunitarias. “Estamos contentos de que el Gobierno haya sido sensible a las reivindicaciones que hicimos al pedir una TUR. Eso ya lo tenemos y lo valoramos positivamente”, asegura. 

Mendia explica que la nueva tarifa regulada supondrá una importante rebaja para las comunidades de propietarios. “La TUR está a 8,2 céntimos, lo que supone una bajada importante teniendo en cuenta que el mes pasado se pagó a 19 céntimos el kilovatio hora. El problema que tenemos es que el gas está muy volátil. Hace dos años, el gas se pagaba a 3,5 céntimos el kilovatio y el mes pasado se bajó a los 19. Había previsiones que apuntaban que se podía llegar a los 30, pero parece que Europa ha hecho los deberes, ha llenado todos los depósitos de gas que tiene y, ahora mismo, está bajando el precio. Eso sí, se espera que cuando empiece el consumo y si continúa la guerra de Rusia, se vuelva a disparar el precio”, advierte. 

“Debemos pensar en un futuro con edificios de consumo casi nulo porque la energía va a seguir cara”

Peio Mendia - Presidente del Colegio de Administradores de Fincas

En este sentido, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas analiza la complicada situación en la que se encuentran las comunidades de vecinos. “Hay una volatilidad brutal y las comunidades aprueban los presupuestos para un año. La calefacción puede ser el 50% del consumo de gas de la comunidad y, con tanta incertidumbre, te rompe todo el presupuesto”. 

De cara al futuro, Peio Mendia apuesta por tomar medidas orientadas a reducir el consumo. “No habiendo ninguna certeza ni seguridad, las previsiones de gasto de gas para el año 2023-2024 están en 14 céntimos, que también es muy caro. Esta TUR salva este año, pero no sabemos qué va a pasar el siguiente. Las comunidades tienen una tregua de un año para ir pensando cómo se organizan en base a sus consumos, pero lo que se está viendo es que la energía va a ser cada vez más cara”. 

“Creemos que es una buena oportunidad para intentar buscar un futuro en el que las casas demanden mucha menos energía. Tenemos una tregua para ir pensando en el futuro y poniéndonos las pilas para que nuestros edificios consuman menos. Hay que plantear nuevos horizontes en los que tengamos edificios con consumo casi nulo”, concluye.