Un fallo informático registrado este miércoles en la red de Volkswagen en su sede mundial de Wolfsburgo, al norte de Alemania, paralizó durante varias horas la producción de sus vehículos en el país, aunque, según el diario alemán Handelsblatt, el problema también perjudicó a otras plantas del grupo fuera de Alemania. La factoría de Landaben sufrió este contratiempo, pero no detuvo la fabricación. En cambio, fuentes sindicales, han informado que Martorell suspendió la actividad de la cadena en el turno de tarde el mismo miércoles.

Sin embargo, VW Navarra ha continuado con la fabricación de vehículos tanto en el turno de tarde como en el de noche, pero con alteraciones provocadas por estos problemas informáticos. Esta situación no ha permitido codificar las llaves y como consecuencia no han podido arrancar los vehículos. Por ese motivo, los trabajadores han tenido que trasladar de manera manual mil vehículos a la campa. "A empujones", han descrito fuentes sindicales.

En un principio hacia las 9.00 horas de este jueves, los problemas informáticos se han resuelto. La parte social ha solicitado una reunión de la comisión mixta de productividad y salud laboral para abordar este tema, y la dirección ha decidido compensar con cuatro horas de disfruta a las personas que han sacado las diferentes unidades al exterior, ya que ha sido una práctica inadecuada.

Estos mil coches van a recuperarse este viernes mediante el trabajo voluntario de cien empleados.

La red estable

El Grupo Volkswagen ha informado de que el problema se ha solucionado esta madrugada y de que la red vuelve a ser estable, de acuerdo con las últimas informaciones publicadas por el diario germano.

"La red de producción mundial está en funcionamiento y se espera que la producción siga adelante según lo previsto. Los sistemas individuales aún pueden verse afectados durante una fase de transición", ha señalado el fabricante alemán de vehículos.

Por ahora se desconocen las causas de este fallo, aunque se descarta por el momento que se haya debido a un ataque informático. Un portavoz de la compañía señaló a Reuters que "es poco probable que un ataque externo sea la causa del mal funcionamiento del sistema".

Según recoge Reuters, la interrupción de la producción afectó a las plantas alemanas de Emden, Osnabrueck, Hannover, Dresde y Zwickau, así como a las fábricas de componentes de Braunschweig, Kassel, Chemnitz y Salzgitter.