Antonio Domínguez fue uno de los ponentes del Foro de Construcción Industrializada. Gracias a su dilatada experiencia en varias empresas, tiene una privilegiada visión de conjunto del sector. Como director de Desarrollo de Negocio de Indalsu, empresa que trabaja con perfiles de aluminio, Domínguez defiende la implicación de la administración, las empresas y la sociedad civil para tener construcciones cada vez más sostenibles y eficientes.
¿Cuál es tu opinión de la situación del sector?
Es importante el contexto. En los últimos 10 años ha habido un 30% de subida del precio de la vivienda, se tardan 15 meses de media en dar una licencia. Tenemos una demanda de 180.000 viviendas y una oferta de 65.000. En los últimos 12 años ha habido una dramática disminución de la vivienda social de un 90% y faltan 700.000 trabajadores. El envejecimiento de la mano de obra desde el 2008 hasta el 2022, la cantidad de personas jóvenes menores de 30 años ocupadas en el sector se ha reducido del 25% al 9%. Los trabajadores que hay entre 30 y 59 años representan hoy el 83,4%.
¿Por qué la industrialización?
La construcción es muy compleja. Una vivienda tiene un montón de elementos que hay que integrar. Si queremos solucionar un problema social tenemos que cubrir una demanda en altura, cinco, diez plantas. Con lo que tenemos hoy en día está demostrado de que no podemos construir, reducir la demanda. Entonces hay un desequilibrio. La digitalización es imperiosa. En la construcción, tiene que haber una colaboración entre empresas y también, muy importante, humanismo. Lo que estamos haciendo tiene que cuidar los valores y principios centrados en el ser humano. Todo debe estar orientado al bienestar, la inclusión, diversidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Tenemos que involucrar a la sociedad. ¿Y qué es la industria? Es la necesidad del ser humano para cubrir algo tan sencillo como tener una vivienda en alquiler o en propiedad.
“Tú a un chaval o una chavala no la pones en una obra, en un andamio. Es que no lo van a hacer”
La ausencia de mano de obra es una realidad. ¿Existe coordinación entre las empresas y los centros de formación profesional o universidades para preparar a esas personas que hacen falta?
Para empezar; la CAPV es de las mejores. Alemania ha copiado el modelo vasco. Viene de esa mentalidad empresarial, siderúrgica y de empresa que tiene Euskadi. Y eso lo ha hecho bien, conjugando las necesidades de la industria y qué tengo que cubrir. Una oferta atractiva para los jóvenes y para que los empresarios puedan contratar. Tiene que haber un único bien común para todos. ¿Quién lo hace mejor? Pues, ¡vamos a copiarlo! La sociedad ha cambiado. Tú a un chaval o una chavala no la pones en una obra, en un andamio. Es que no lo van a hacer.
“Ha habido casos de una mala elección de vidrio. Como el clima ha cambiado, cuando hace mucho calor y mucha radiación, ese sol entra dentro y la gente se cuece”
¿Hasta qué punto la construcción industrializada puede cubrir la demanda de la rehabilitación de edificios, que es lo que acapara la inmensa mayoría de la actividad del sector este último año?
La rehabilitación ha subido de forma extraordinaria y va a seguir tirando. Es necesaria. Y la industrialización todavía no puede entrar ahí. O puede con matices. Fachadas enteras, dobles pieles o un ascensor exterior. Esos elementos pueden ser industrializados. El hueco de una ventana, todo lo que conlleva debería ser industrializado. La administración pública tiene que intervenir y también el colegio de administradores, ¿tú te imaginas rehabilitar 26 millones de viviendas, el 80 % de ellas ineficientes? Aquí en Bilbao ha habido casos de una mala elección de vidrio. Como el clima ha cambiado, cuando hace mucho calor y mucha radiación, ese sol entra dentro y la gente se cuece o cambian las ventanas y las nuevas, como son herméticas, ya no hay ventilación que entra por todas partes y te queda condensación, insalubridad. Lo que ha habido es quita una cosa vieja, pon la nueva.
Con todo este panorama, ¿cómo ves la construcción industrializada de aquí a los cinco próximos años?
Aquí hacemos las cosas por dolor. Hay empresarios que se atreven, hay empresarios que han visto la ola y se han subido a ella. La tecnología existe, ahora hace falta que la gente diga ah, vale, esto me conviene y lo empiece a instalar en casa. La tecnología tiene que entrar. Cada vez más, hay que gestionar muchos elementos de la vivienda y no tienes tiempo de hacerlo. La gestión del aire, por ejemplo, el CO2, la temperatura, humedad, la luz. Tenemos que hacerlo porque es bueno para el planeta, es bueno para la economía circular, para la descarbonización, la huella de carbono, y también es bueno para el cliente.
