Milita desde 2014. ¿Cómo es la interlocución con el partido en Madrid? 

–Vox tiene una estructura lo más acotada posible y eso hace que sea fluida y fácil. Bueno, yo creo que ya ve –y hace un gesto como de mire alrededor– que somos espartanos.

¿Qué margen tiene una agrupación pequeña en un partido tan centralista?

–En el día a día, mucho margen. Por ejemplo para concertar esta entrevista, donde tengo plena libertad para hablar. Buscamos una política de cercanía porque nuestro eje es: municipio, provincia y nación.

Para hablar con Vox tenemos que pasar muchos filtros ¿Por qué ese hermetismo? 

–Bueno, voy a intentar entender su planteamiento, porque ya le digo que no es así. Nosotros hemos hablado con total naturalidad y, bueno, aquí nos tienen a su disposición. Lo que pasa es que somos prudentes. La prensa no nos trata especialmente bien y quizá eso te haga ser más prudente.

¿Qué perspectiva tiene Vox en Navarra? 

–Vamos a partir de que son unos comicios muy inciertos. Nosotros hacemos un cálculo. En las forales de mayo de 2019 tuvimos 5.000 votos. En las generales de aquel año sacamos 20.000. Ahora, en las forales, hemos conseguido 14.000 y dos parlamentarios. Yo no digo que podamos hacer una regla de tres, pero creo que podemos sacar escaño. Se necesitan alrededor de 42.000 votos, y nos da la sensación de que igual hasta un poco menos. Y eso que la derecha va en tres listas.

Conoce tanto a UPN como a PP. 

–Yo me fui de UPN porque es un partido cuyo comportamiento en el Parlamento nacional siempre es muy incierto. Puede apoyar tanto a un lado como a otro, es asumir un riesgo que no existe con Vox. Y en el caso del PP, ya tenemos el histórico de dos mayorías absolutas en las que no cambiaron nada. Además, es más fácil que nosotros saquemos un escaño que que UPN saque el segundo. Y, si existe un voto tirado a la basura, que yo creo que ninguno lo es porque hay que votar lo que se cree, el voto tirado sería todo aquel que queda por encima del escaño y no te permite sacar el segundo.

Donde sí han sacado un escaño ha sido en San Adrián. Han permitido la alcaldía de UPN. 

–Percibimos que en muchos sitios hay temas que solo los defiende Vox, y que son cosas reales, que ocurren. Y es normal que los primeros que perciban el mensaje sean los que lo tienen en su calle o en la de al lado. Por ejemplo, si hablamos de la inmigración ilegal, que en algunos puntos de la Ribera ya da síntomas de cierto descontrol. O del climatismo y los ataques al sector primario. Seguro que allí también nos ayuda que no haya llegado el Canal, que no haya tren o que los enlaces por carretera sean malos. O que se insista en una euskaldunización que muchos perciben como ajena

¿UPN y PP se han puesto en contacto con ustedes para invitarles a que no se presenten? 

–No hemos tenido ninguna conversación. Sí que en los comienzos hablé con PP y UPN para garantizar que hubiera apoderados en todos los municipios. Se me llegó a autorizar para ir en listas distintas y me ofrecí a completar listas con la única condición de que pusiera que soy de Vox. Me dijeron que tenía que poner que era un independiente. Pero les dije que eso era imposible porque ya era afiliado de Vox. Ahora no hemos hablado nada. Parece que todo lo que nos rodea es terrible, pero en realidad nuestro espíritu ha sido colaborativo.

No se presentan al Senado. ¿Por qué? 

–Nos queremos centrar en el Congreso.

¿Piden el voto al Senado para alguna formación? 

–Los electores navarros son suficientemente inteligentes y sabrán qué les viene mejor.

¿A quién cree que le puede beneficiar, a UPN o a PP? El cuarto escaño al Senado va a estar disputado.

–Ni idea, no sé decirle. Le voy a poner el ejemplo contrario: estamos convencidos de que hay gente que en mayo votó a UPN o a PP y que ahora nos va a votar a nosotros. Espero que seamos más de 30.000, largos. 

¿Siguen pensando que no tiene que haber regímenes forales? 

–Nuestro planteamiento es que hay cuestiones que es mejor gestionarlas de forma descentralizada. Pero las estructuras autonómicas no tienen valor añadido y solo generan gasto.

¿Tiene Vox un problema con los fueros? 

–No, en absoluto. Al contrario, la diversidad española es una riqueza. Lo que sí planteamos es que la forma que se le ha dado a los fueros no es la correcta, porque se han hinchado un montón de estructuras que antes no teníamos. En términos generales, mientras los fueros no generen una desigualdad con el resto de España, queremos que Navarra se quede como es.

¿La Hacienda Foral, la aportación económica? 

–Se trata de que la aportación sea justa y equilibrada. Para cambiar este sistema por completo tendríamos que tener una mayoría que no tenemos, así que esto no lo planteamos. Hay que romper con el mito de que por hacer una estructura foral más grande, nos va a ir mejor. En otros tiempos había siete diputados y luego una estructura profesional que no nos hacía depender de los políticos.

Eso es mucho menos democrático, ¿no?

–No, no, no digo que tenga que ser ese el modelo. Voy a que hay mil formas de organización. Lo que decimos es que hay que evitar una superestructura, que suele ser ineficaz y costosa.

Han modulado el discurso, ¿no? Han pasado de la supresión a un discurso más moderado. ¿Ha sido por problemas de implantación?

–Yo, en 2014, antes de afiliarme, pregunté dos cosas: cuál era la posición sobre la defensa del no nacido, y cuál era la posición sobre los fueros. Y me afilié.

¿La aportación económica es injusta? 

–Tendría que hacer el cálculo, pero en términos generales le diría que no. Voy más a cómo está estructurado todo. De lo que se trata es de decir: ¿esto mejora nuestra vida, nuestros servicios, nuestra sanidad, que está hecha unos zorros? Si la respuesta es no, para qué sirve. Eso nos preguntamos.

¿Qué opinan de Tráfico? 

–Nos gustaría revertir la competencia y que esas tareas las compartan Guardia Civil y Policía Foral, como hasta ahora. No queremos que la Policía Foral se use contra la Guarcia Civil.

El otro día, Espinosa de los Monteros decía que Vox seguía abogando por al supresión de los cuerpos policiales autonómicos. 

–No he oído esas declaraciones. Lo que sí hay es una superabundancia de las policías autonómicas. Una cosa es que exista un número de agentes y otra es que tengan un número excesivo, y con mucho coste.