Un equipo a remolque

Sin fortuna. Osasuna Magna perdió este viernes por 1-2 en su reaparición liguera en casa ante el Viña Albali Valdepeñas. Le tocó ir a remolque y eso le pesó. Después además de una primera parte en la que perdonó demasiado y lo pagó. No fue la reaparición soñada para Roberto Martil pero al menos, eso sí, el capi volvió tras diez meses lesionado. Y esa fue la mejor de las noticias.

Fabinho fue el primero en abrir el tarro del peligro. Se fabricó una jugada a los dos minutos en el borde del área y su derechazo lo repelió un atento Álex González. Acto seguido fue Eloy Rojas el que dio la réplica, poniendo a prueba los reflejos de Asier, que respondió. 

El partido no dejaba un dominador claro en cuanto a juego en los primeros compases, pero bien es cierto que era el Xota el que inquietaba más la portería rival. Primero con Geraghty en una falta y más tarde con Dani Saldise, que quería guardar un bonito recuerdo en su partido número 250 con la camiseta verde y, tras un precioso control con la derecha, poco le faltó para acertar con la izquierda ante Álex González.

Poco a poco, los navarros se hicieron con un mayor control del balón y eso se tradujo en peligro y ocasiones. Geragthy, cuya progresión está siendo muy notable esta temporada, a punto estuvo de marcar asistido por Fabinho, pero sin éxito. También Tony Escribano, muy intenso en labores defensivas, cruzó el esférico demasiado y se quedó sin premio. 

Y, como ocurre en estos casos, cuando se perdona demasiado se acaba pagando. El Valdepeñas, apoyado en la velocidad del ex del Xota Eric Martel, comenzaba a asomar el hocico. Y fue otro viejo conocido de los navarros, Bynho, quien con su zurda y en carrera golpeaba un balón puesto por Fernando –que ya había probado un poste poco antes– y subía el 0-1.

Tocaba templar nervios y remontar, pero el gol dejó tocados a los de Miguel Hernández. Pol Pacheco siguió intentándolo para los suyos, pero su vaselina no logró sorprender a Asier. Osasuna Magna acechó más tarde al meta del Valdepeñas, pero el resultado no varió y el partido se iba al descanso con el 0-1 y con Roberto Martil calentando, pero sin debutar.

Dani Saldise, con el directivo Esteban Iturbe, que le entregó una camiseta por sus 250 partidos con el Xota. Iñaki Porto

En la segunda parte, Osasuna salió con más mordiente y presionando alto. Lógico. Había que darle la vuelta a la historia. Sin embargo, de las zapatillas del Valdepeñas salieron las mejores ocasiones: una doble de Eloy Rojas, otra de Eric Martel, la siguiente de Fernando y también de Pol Pacheco. Asier estuvo atento para evitar el gol en todas ellas, si bien no pudo hacer nada en el m.27, cuando Eloy Rojas marcaba el 0-2 tras rematar con un potente disparo un saque de esquina de Eric Martel.

Dos minutos después saltaba el capitán a la pista. Ya recuperado de la triada, Roberto Martil recibía la ovación del público de Anaitasuna tras diez meses de recuperación. Apenas jugó un minuto, pero bendito minuto.

El Xota tenía en Fabinho a su hombre más resolutivo en ataque. Llegó a tenerla mano a mano con Álex González, pero acabó estampando el esférico contra el portero. El poste fue más tarde el enemigo del brasileño, tras estrellar el balón contra él.

A falta de seis minutos, Dani Saldise salió como portero-jugador. Con un Valdepeñas rompiendo el ritmo del partido continuamente, con sus jugadores cada dos por tres en el suelo, el enfado se trasladó a la grada de Anaitasuna al anular los colegiados un gol de Geraghty, por entender que había cometido falta sobre el portero rival.

Quedaba poco tiempo, pero suficiente aún. La esperanza se abría cuando Fabinho, con ayuda también de Boyis –quien llegó a pegar en el balón–, acortaba distancias a falta de dos minutos para el final. 

El Xota siguió achuchando, esforzándose por todos los medios ya por rescatar un punto, pero el Valdepeñas imponía su ritmo de baile y ya no fue posible cambiar el resultado. Derrota por 1-2, cuarto triunfo seguido para los de David Ramos y Osasuna Magna que perderá a Juninho para el siguiente partido, ya que vio la roja directa por protestar una vez finalizó el duelo.