Después de dos experiencias negativas en Txantrea e Izarra, David Txiki Akaz no pensó en abandonar, sino que se paró a analizar lo ocurrido para aprender de los momentos malos por los que había pasado. El técnico no oculta que le doliera “mucho el despido de la Txantrea. De mi barrio, de mi casa donde llevaba cuatro años muy buenos, y en 11 jornadas me echaron. Ahí lo pasé muy, muy mal. Me costó mucho recuperarme de ello”. Ahora, junto con su inseparable Patxi Larraza, capitanean al Valle de Egüés, líder invicto de Tercera, donde disfrutan del momento.

Vaya buen momento atraviesa el equipo... 

–Lo que está claro es que después de haber cumplido un tercio de liga, habiendo jugado once partidos, 33 puntos, y habiendo ganado 7 y empatado 4 pues es una racha increíble. Está claro que siempre en todos los partidos todos los entrenadores salimos a ganar, como mal menor un empate, pero estar este tiempo sin perder significa que el equipo está bien, está trabajando bien, pero la diferencia la marcan estar acertados en las dos áreas y eso hace que estemos sin perder y ahí arriba.

El Valle de Egüés es uno de los 18 equipos de toda la Tercera RFEF que se mantiene invicto transcurrido un tercio de competición

–Tampoco esto es una varita. Desde que llegué al Egüés a finales de mayo, me he encontrado un club muy dispuesto a empezar un proyecto con mucha ilusión, nos han dado todas las facilidades para trabajar a nivel de club, nos han dado todo lo que hemos pedido a nivel de material, me he encontrado un vestuario que acabó salvándose al final de temporada y con ganas de querer hacer las cosas bien y no sufrir tanto este año y lo que hemos fichado ha sido gente con mucho hambre, con ganas de hacer un año bonito y se está juntando todo, las ganas de los que estaban, de los que han venido, y de Patxi y de mí, que después de dos experiencias negativas, podemos empezar un año con ilusión y poder hacer las cosas bien y que se traduzcan en resultados, que es por lo que se le juzga a los entrenadores, y este año están acompañando. 

Además, es el equipo menos goleado del grupo. ¿Dónde están las claves del equipo?

–Quizás en años anteriores, y por experiencia propia, te diría que a lo mejor éramos muy alegres u ofensivos y a veces descuidábamos la parcela defensiva. Este año estamos trabajando en aspectos defensivos más que otros años, pero tampoco en exceso, por lo que también es parte del mérito de los jugadores. Hay mucha competitividad interna por jugar, juegue quien juegue el equipo responde, y la verdad que llevar tres goles en estas once jornadas es una barbaridad y dice mucho de las ganas que tiene el equipo en todos los partidos, no sólo de dejar la portería a cero, sino de ganar. Pero dejar la portería a cero en muchas jornadas, eso quiere decir que como mínimo tengas un punto.

Con estos resultados, se irá afianzando la idea del míster entre los jugadores al llegar nuevo a un sitio

–Sí. Si los resultados acompañan, la confianza es más de la que había. De los jugadores que tenemos en plantilla, por nosotros han pasado 12 o 13 y nos conocían de la forma de trabajar. Me estoy adaptando al club, pero nos lo han puesto muy fácil desde el primer día. Como estamos ganando, está claro que hay más, pero me han dicho que esté tranquilo en todo momento. El año pasado tuvieron confianza ciega en César, que estuvo todo el año sufriendo y consiguió salvar al equipo al final.  

Es pronto, pero... ¿a qué aspira este equipo?

–De momento llevamos once jornadas, un tercio de liga. Queda mucho y si hay algo este año en la categoría es mucha igualdad. Todos los partidos se deciden por pequeños detalles, en todos los partidos hay momentos en los que el rival es mejor que tú y te puede marcar, otros en los que parece que el partido no va a ningún lado y otros en los que tú eres superior. Es por eso que digo que este año lo marcan los detalles y estar acertados en las áreas. Al final, la clasificación va a dar muchas vueltas porque todos los equipos tienen un alto nivel competitivo. Creo que es un año muy bonito en Tercera y a ver si podemos estar lo más arriba posible, pero yendo partido a partido. El fútbol es de los futbolistas y me alegro mucho por cómo están compitiendo. 

¿Qué le llevó a elegir al Valle de Egüés?

–Venía de dos ceses en dos clubes y que la gente te siga llamando para preguntarte si estarías dispuesto a entrenar a su club, me llena de orgullo y satisfacción. Es verdad que había alguna cosa más, pero el Egüés es un histórico de Tercera, PatxiLarraza jugó en el Egüés hace muchos años, siempre se han interesado por nuestra situación los últimos años. De momento está siendo un acierto. Es un club muy familiar, tenemos a mucha gente detrás todos los días dispuestos a ayudar.

Personalmente, ¿cómo se siente?

–Si algo he aprendido en estas dos experiencias anteriores, ha sido el vivir el momento. No sé qué pasará en el próximo partido, pero tanto Patxi como yo estamos disfrutando de la situación del equipo, de cada entrenamiento, de cada ejercicio... y no vemos más allá. El entrenador tiende a mirar al futuro y puede descuidar el día a día. Si algo hemos aprendido tanto Patxi como yo es que vamos a disfrutar del momento.

¿Qué metas personales y colectivas se plantea hasta final de temporada?

–No me gustan deseos individuales, porque el fútbol es un deporte de equipo y lo que quiero es que en la jornada 30 el club, los jugadores y tanto Patxi como yo estemos contentos por la temporada que hemos hecho. Te puedo decir que quiero quedarme el primero, como todos los entrenadores, y es una cosa que no nos obsesiona. Este año, como te he dicho, hay mucha igualdad, bajan tres equipos a Autonómica, pueden bajar de Segunda RFEF algún navarro, ojalá que no lo hagan, y al final dependemos de la categoría que está encima de nosotros, que también influye. Por eso en la jornada 30 nos queremos ver con la satisfacción de haberlo dado todo y que el equipo llegue hasta donde tenga que llegar.