Apenas hacía un año que había terminado la Guerra Civil con el consabido mensaje de Franco de “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo…” y cuatro años atrás alrededor de 60 tudelanos habían sido asesinados brutalmente y abandonados en cunetas.

La ciudad y el Ayuntamiento trataban de dejar atrás el dolor y buscar un nuevo impulso económico que hiciera crecer a Tudela y dar un respiro a la recién iniciada posguerra. Aquel año de 1940 no sucederían muchas cosas en la ciudad que, adormecida por la sangre vertida, se sumergía en la posguerra, entre los escasos hitos se construiría el nuevo matadero de Peñuelas y se lanzaría la idea de construir el Corazón de Jesús. Pero si algo dio esperanza a los tudelanos fue el anuncio de que se iban a construir viviendas dignas en el entorno de Cristo Rey y la Carretera de Alfaro, que iba a significar el nacimiento de un nuevo barrio.

El artículo Viviendas Protegidas en el término de Velilla de Tudela, publicado dentro de la obra Las Artes Soñadas en Navarra. Una selección de proyectos no realizados, coordinada por el historiador Ricardo Fernández y editada por la Universidad de Navarra, ahonda en aquel barrio que nunca llegó a ver la luz.

Plano de Tudela del año 1941 con la urbanización proyectada a la derecha.

El origen

La situación de la vivienda era crítica, pues la población de Tudela había crecido de 1920 a 1940 en tres mil habitantes, y casi cinco mil entre 1897 y 1940, sin que la ciudad hubiese crecido en extensión. Existía hacinamiento en las viviendas, y muchas familias habitaban en cuevas en la zona de Canraso y Virgen de la Cabeza.

En febrero de 1940, se habían iniciado las gestiones entre el Ayuntamiento de Tudela y el Instituto Nacional de la vivienda para edificar viviendas protegidas en el polígono entre calle Capuchinas, Carretera de Alfaro, Carretera de Corella y el Convento de Esclavas de Cristo Rey, en el término municipal de Velilla.

El proyecto, avalado por el Instituto Nacional de la Vivienda, preveía un total de 420 viviendas, 240 en un primer anteproyecto de denominadas “viviendas rurales”, y 180 más en el anteproyecto denominado de “viviendas para obreros y empleados”.

El 17 de abril de 1940, previa declaración de urgencia, se acordó construir 240 viviendas acogiéndose a los beneficios de la ley de 19 de abril de 1939. Acordándose, del mismo modo, expropiar los terrenos necesarios para la construcción de un campo de Deportes en la Carretera de Corella, enfrente a las viviendas proyectadas.

El alcalde, Ernesto Sagaseta de Ilurdoz Gobantes, reunió a los propietarios de los terrenos afectados por el proyecto el 30 de abril, ofreciendo 500 pesetas por robada.

El Instituto Nacional de la Vivienda aprobó este primer anteproyecto el 1 de junio de 1940, y el 10 de octubre se requirió el proyecto de ejecución. En consecuencia, el Ayuntamiento se dirigió al arquitecto Domingo Ariz para encargarle el proyecto.

Otra de las fachadas de las viviendas que se iban a construir.

El 28 de septiembre se había recibido un informe de Domingo Ariz sobre los terrenos a emplazar las viviendas protegidas, en el que se detallaba que los terrenos elegidos eran los “del término de Velilla del Rincón y Río de la Estanca”. La ubicación se elegía por su buena comunicación y fácil acceso al centro de la población, así como por la facilidad de instalación de agua y alcantarillado por proximidad con las redes ya instaladas. También se exponía entre las motivaciones que el terreno resultaba barato, como promedio a 3 pesetas por metro cuadrado.

Para entonces, el proyecto había recibido la oposición de algunos propietarios, encabezados por Valentín Álava, que creían que los terrenos elegidos eran de gran calidad y consideraban bajo el precio ofrecido por el Ayuntamiento. Por este motivo se propuso un nuevo emplazamiento en los términos de Canraso y Tablar Alto, algo que el arquitecto consideró totalmente inadmisible. No en vano, el plano de urbanización trazado en el año 1920 por Teodoro Ríos ya comprendía estos terrenos como zona de expansión de Tudela.

En el mismo octubre, el pleno del Ayuntamiento acordó hacer las gestiones necesarias para la compra de los terrenos, una vez el expediente de expropiación forzosa había sido ya aprobado por el Instituto Nacional de la Vivienda.

Alzado de las viviendas en un dibujo de la época.

El 12 de marzo del año 1941 se aprobó la segunda fase del proyecto, que era el anteproyecto de 180 viviendas protegidas para obreros y empleados. El director general del Instituto Nacional de Vivienda solicitó el 14 de ese mismo mes al Ayuntamiento de la capital ribera que le informaba del estado en que se encontraba el expediente para la construcción de las primeras 240 viviendas, a la que se le respondió que dicha tramitación había sido detenida porque se esperaba a tramitar los dos expedientes conjuntamente, el de 180 y el de 240 viviendas.

En abril se había remitido el anteproyecto de 180 viviendas y entonces alcalde José Butini Cabañas, presentó el documento para aprobarlo. Los terrenos comprendidos por esta actuación eran de 32.370 metros cuadrados y su precio de 28.960 pesetas. Las viviendas se iban a vender en plazos durante 40 años, si bien el Ayuntamiento de Tudela se reservaba un edificio en la plaza porticada para alquilar a los funcionarios municipales.

Las condiciones para el acceso a las viviendas eran: ser español, tener profesión, ser vecino de Tudela. Dentro de cumplir estas condiciones tenían preferencia los naturales de Tudela, aquellos que tenían mayor número de hijos y quienes abonaran parte del importe. La ejecución estaba prevista en doce meses, y el presupuesto total ascendía a 4.111.442,28 pesetas, comprometiéndose el Ayuntamiento a aportar el 10% del total. El 23 de abril el anteproyecto quedó aprobado de forma definitiva, pero requirieron una serie de subsanaciones del mismo al arquitecto.

En junio de 1942 el contador de fondos en un detallado informe recomienda restringir en lo posible los gastos, realizando un estudio de aquellas obras o proyectos que no sean de necesidad urgente.

Imagen del alzado de las fachadas proyectadas para la urbanización.

El proyecto no paró

El 13 de abril de 1943, será Francisco Salinas quien proponga que se continue con el proyecto de viviendas protegidas, solicitando en este caso que sea la Obra Sindical del Hogar la que efectúe las obras, lo que se aprueba en principio. Salinas habla del punto muerto en el que encontraban las obras en 1943 y, tras la moción aprobada, se formó una comisión municipal de tres concejales. Domingo Ariz, coautor del proyecto y el jefe provincial sindical, visitaron un nuevo emplazamiento en distintas localizaciones de Canraso, Virgen de la Cabeza y Peñuelas.

En el informe de abril de 1944, firmado por Francisco Salinas Quijada, propone la construcción en un solar entre paseo de Cristo Rey (actual calle Pedro Legaria), Carretera de Corella y Carretera de Alfaro. La propuesta es aprobada por el pleno del 20 de abril. El día 26 se solicita a la Obra Sindical del hogar la construcción de 180 viviendas del anteproyecto de Domingo Ariz en el solar indicado y además viviendas para maestros en los terrenos del grupo escolar Elvira España.

Tampoco en esta ubicación se pudo ejecutar el ansiado proyecto de viviendas protegidas. Lo que era un proyecto ilusionante para la ciudad quedó solo en proyecto por la situación económica del Ayuntamiento de Tudela. Las autoridades locales no tuvieron capacidad para satisfacer las necesidades de vivienda de la mayoría social tudelana.

Serán las gestiones de los jesuitas, y más en concreto del padre Lasa, las que darán frutos poco más tarde, dando lugar al Barrio de Lourdes que acogió a miles de trabajadores en una Tudela que nacía a la industria.