Estamos deseando saber qué artículos de la Ley Antiviolencia aplicarán al aficionado del Eibar que llevó una bandera palestina a Ipurua. Bandera que le quiso quitar la seguridad del campo y, al negarse el hincha, le quitó la Ertaintza, que lo expulsó del estadio y propuso a la Organización Nacional del Deporte que lo multen y hasta castiguen un tiempo sin volver al campo. Y estamos deseosos, porque no hay ningún apartado en esa ley que impida portar una bandera legal –y la de Palestina lo es, como estado no-miembro observador en la ONU– ni vemos cómo puede incitar a la violencia –a no ser a la violencia contra el que la ondee, por parte de algún fan de Netanyahu–. Como en el abucheo al himno en las finales de Copa, que se quiso castigar mil veces, sin éxito, la libertad de expresión está por encima de las leyes del deporte. Y aún más por encima de las interpretaciones torticeras de una seguridad privada y una Ertaintza hiperventilantes.