“Necesitaba parar un poco y corroborar lo que tenía: el haberme ido me ha hecho valorar aún más lo que tenía, nadie es como Nerea (Ruiz)”. Más de nueve meses después de su marcha a Estados Unidos, Oihane Gutiérrez (Galdakao, 1999) se deshace en elogios hacia su compañera de vóley playa en el CV Sestao. Y lanza una promesa: “En verano de 2025 volveremos a jugar juntas”, afirma por teléfono desde su nuevo hogar en la isla de Bainbridge, a menos de una hora en ferry de Seattle, la ciudad del grunge.

En junio del año pasado, tras coronarse como la mejor pareja de Euskadi, Oihane hizo las maletas y cambió Bizkaia por la Costa Oeste estadounidense. Ahí arrancó su nueva aventura y un periodo de stand-by en su vida. Una mujer de 40 años llamada Courtney necesitaba una au-pair que le echara una mano con sus dos niñas, de 7 y 9 años, que requieren de una atención y de unos cuidados específicos.

Oihane Gutiérrez posando con el puente Brooklyn de fondo Cedida

Según especifica Oihane, “la mayor tiene un autismo leve y la pequeña TDAH”, un trastorno diagnosticado en la infancia y en la adolescencia y que significa Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. “Courtney y yo estamos mano a mano con ellas. Arthur, el padre, trabaja en Amazon”, añade.

La deportista vizcaina se inclinaba por una zona costera, y en el proceso de búsqueda el destino le unió a una familia con la que se lleva “muy bien” y tiene una magnífica “conexión”. “No sabía casi nada de Seattle, no es una ciudad de la que se hable mucho. Se conoce por la música y poco más. Pero investigué un poco la zona y vi que tenía mucho monte y costa. Me pareció un buen destino”, resume. 

Oihane Gutiérrez Cedida

Las au-pairs como ella suelen ser personas jóvenes que pasan una temporada en el extranjero aprendiendo el idioma o cuidando a niños en casa de una familia. Durante el curso escolar, su jornada laboral empieza temprano.

Se levanta a las seis de la mañana y a las ocho lleva a las pequeñas a clase. Sobre las dos o las tres, las recoge en el colegio y pasa la tarde con ellas con las tareas escolares o en actividades extraescolares. A partir de las seis de la tarde está “libre”. “No tengo muchísimo tiempo para mí, pero si te organizas bien puedes hacer un montón de cosas”, asegura. 

Navidades neoyorquinas

El fin de semana y los días festivos “dan para mucho”. Y Oihane aprovecha para viajar y conocer el país. Sale de fiesta, descubre mercadillos de segunda mano y se empapa de la naturaleza en su refugio isleño. De momento, el título de mejor viaje se lo lleva Hawái, donde pudo disfrutar de sus paisajes y de unas “playas increíbles” en Oahu y otros lugares.

Oihane Gutiérrez Cedida

Asimismo, ha visitado San Francisco y pasó la Nochevieja en Nueva York, una experiencia que, por cómo la cuenta, se le ha quedado marcada de forma indeleble. “Estuve en verano, pero quería pasar allí las Navidades y me pareció precioso.

Además, no llovió e hizo un tiempo buenísimo”, recuerda. Oihane también esquía y le gusta hacer senderismo por los parajes de la isla en la que vive. Entre otras rutas, recomienda las infinitas posibilidades que se le abren al excursionista en el parque nacional Olympic localizado en el Estado de Washington.

Oihane Gutiérrez Cedida

“Se pueden hacer un montón de caminatas y hay muchos lagos y montes altos”, explica. El parque fue declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1981. Oihane Gutiérrez tenía previsto quedarse un año en Estados Unidos, pero alargará su estancia hasta enero de 2025.

En su horizonte más cercano, exprimir los meses luminosos del verano con su nueva cuadrilla de amigos residentes en Seattle. “Aquí pasa un poco como en Bilbao, que sale el sol y ves a la gente feliz. Entre festivales y planes de todo tipo, hay mil cosas que hacer”, culmina. 

Oihane Gutiérrez Cedida

Nostalgia vasca


Ir a pie. Cuando se le pregunta por lo que echa de menos de su vida en Euskadi menciona la familia, las amistades y… poder ir andando a los sitios. “Aquí para todo se utiliza el coche, hasta para ir a tomar un café”. 


La comida. “Nuestra gastronomía no la cambio por nada del mundo”, afirma con rotundidad. En una reciente visita exprés que la trajo de vuelta a Bizkaia, Oihane Gutiérrez confirmó el tópico de muchos vascos que viven en el extranjero.