Según un sencillo cálculo que acabamos de hacer, hay madridistas españoles -muy españoles y mucho españoles- que llevan ya más de 17 años, casi sin pausa, deseando que la selección española se la pegue en cada gran torneo. La cosa comenzó cuando Luis Aragonés dejó de contar con Raúl -su último partido con La Roja fue el 6 de septiembre de 2006-. Sin duda, un colchonero resentido. Después Del Bosque, uno de los nuestros, pero Piqué empezó a liarla, por vibrar poco con el himno, ir a la Diada, sonreír en una derrota y varias afrentas más de ese nivel. Y luego... Luis Enrique. ¡Un culé (que además se reía de la prensa madridista) dirigiendo a La Roja! ¡Lo que faltaba! Y ahora De la Fuente, al que ya se le ha visto el plumero: no admite lo bueno que es Nacho y empuja a Brahim a jugar con Marruecos, porque solo le preocupan los jóvenes del Barça... Y así 17 años y pico, casi siempre deseando derrotas, y lo que queda por ver.