Damos en estas páginas la noticia de que la directiva del Arenas busca alguien que le dé el relevo, tras casi dos décadas empujando el club de Ayegui, y no podemos menos que aplaudir y animar a toda esa gente que, en infinidad de clubes modestos, son la verdadera columna vertebral del deporte.

Esas personas que, casi siempre a cambio de nada –y donde no hay ganancia la pérdida es segura–, meten mil horas y son hombres o mujeres orquesta para sacar adelante equipos, competiciones, material, instalaciones, burocracia, captación de patrocinios y subvenciones, pintar las líneas del campo, entrenar al equipo de cantera que se ha quedado sin míster y reaccionar a cada contratiempo... Y les llaman alma mater, factótum, director deportivo o presidente porque si les llamaran pringados sería ya recochineo. Pero los deportistas deberían acordarse de mimarlos, porque quien tiene en su club un pringado tiene un tesoro.