Mikel Landa y su equipo, el Bahrain Victorius, fueron los grandes animadores de la etapa de ayer, al marcar un fuerte ritmo en la subida al Angliru. La intención del alavés era atacar para ganar la etapa, pero se tuvo que conformar con el cuarto puesto por detrás de los tres ciclistas del Jumbo Visma. “Me encuentro bien, lo he intentado y el equipo ha estado de 10, pero Roglic y Vingegaard han vuelto a ser mejores”, dijo Landa, sorprendido por la actitud del líder Kuss de ir a rueda con él, pero agradeciendo las palabras que le dedicó el estadounidense.

“Ha ido a rueda conmigo y no ha dado relevos, jugándose la Vuelta, y ha sprintado al final”, comentó Landa, que no quiso analizar las cosas que están pasando en el Jumbo Visma: “Ellos sabrán, no me preocupa, me da igual lo que hagan”, dijo.

Centrado en lo suyo, y tras haber escalado hasta el 5º puesto en la general, Landa aseguró que mantiene su ambición de “ganar una etapa y quedar lo más adelante posible. Hay gente que no tiene nada que perder, yo entre ellos. Me encuentro bien, quedan dos días y estoy motivado”, comentó el alavés.

Por su parte, Primoz Roglic (Jumbo Visma) explicó que la lucha entre los tres ciclistas del equipo por ganar la general va a durar hasta el final: “El vencedor final será el que tenga mejores piernas en las próximas etapas. Apuesto por mí, pero Sepp va de rojo y espero que sea él. Pero a ver que pasa”, dijo en tono jocoso cuando le preguntaron al respecto, y después, más en serio, confesó que para él “fue un momento extraño cuando se quedó Kuss” a dos kilómetros de meta y yendo juntos los tres corredores del Jumbo Visma.

Roglic asegura que el ambiente en el equipo no se ha deteriorado: “Seguimos todos juntos en el bus y en la cena. Son momentos muy dulces y nos divertimos mucho”.

Su compañero Jonas Vingegaard, que tras la etapa de ayer está a solo 8 segundos de Sepp Kuss en la general, comentó: “La victoria en el Angliru era nuestro principal objetivo para mantener la situación de los 3 primeros en la general. Creo que todo salió como queríamos y podemos estar contentos con todo. Para ser honesto, todavía estoy feliz de que Sepp Kuss esté con la camiseta roja. Y espero que la conserve; me encantaría verlo ganar esta Vuelta”, dijo el doble ganador del Tour.

El director deportivo del Jumbo Visma, Marc Reef, intentó también quitar hierro a la imagen de Roglic y Vingegaard dejando atrás a su compañero y líder de la general Sepp Kuss. “Cuando Kuss se soltó les dije a lo 3 las diferencias que llevaban y que todos tenían que pelear. Habíamos llegado a un acuerdo para que los tres pudieran competir. Era justo hacer eso también en la subida final, donde todos podían tener su oportunidad, eso es lo que pasó”, comentó.

Según explicó el técnico, “Kuus se quedaría con la roja si Primoz Roglic ganaba y Sepp terminaba tercero. Eso es todo lo que indicamos. Tomaron la decisión delante y lo resolvieron de esta manera”, concluyó.

Por su parte, Remco Evenepoel (Soudal Quick Step), escapado hasta la mitad de la ascensión al Angliru, comentó: “Ya sabía que iba a ser difícil luchar por la etapa. Mi fuga era para sumar los puntos en los dos primeros puntos y consolidar el maillot de la montaña, que mañana (por hoy) podré asegurar”.