Actualmente Marc Márquez (17-II-1993, Cervera) es el decimonoveno clasificado del Campeonato del Mundo de MotoGP. Atesora 31 puntos después de doce carreras, solo uno menos que Dani Pedrosa, que ha disputado dos grandes premios como piloto invitado, y cuatro menos que Takaaki Nakagami, el piloto más destacado de Honda. La victoria más reciente de Márquez data del 24 de octubre de 2021. El último de sus ocho títulos –seis de ellos de MotoGP– fue en 2019, el último año en el que se vio luchando por la corona; de hecho, fue campeón. Desde entonces persigue un viaje al pasado.

Lastrado por las lesiones, especialmente por las cuatro operaciones a las que fue sometido para resolver una fractura de húmero derecho producida en Jerez en 2020, y también por una Honda venida a menos que ha vulgarizado a campeones mundiales como Jorge Lorenzo, Pol Espargaró, Álex Márquez o Joan Mir, Marc Márquez ha sopesado incluso la jubilación. Pero sigue tratando de volver a ser competitivo para no poner fin a su carrera dando cabida al sentimiento de arrepentimiento. Es una cuestión de orgullo. Quiere volver a ganar para demostrarse a sí mismo que sigue siendo un campeón. Pero en el deporte del motor, la máquina resulta determinante. La Honda no rinde; vive la peor racha de su historia. La paciencia se agota y por eso ahora, en su undécima temporada con la marca japonesa, el piloto catalán muestra dudas sobre su futuro.

“El margen, la paciencia... El tiempo va pasando y lo que necesitas no son promesas, sino hechos. Ya no valen las palabras, tiene que haber hechos”. Así de rotundo se mostró Marc Márquez una vez finalizado el Gran Premio de San Marino, donde su valoración de la carrera arrojó el descorazonador presente que atraviesa uno de los pilotos más laureados de todos los tiempos: “Me he desfondado. Es extraño decirlo, porque he hecho séptimo, pero he hecho la carrera perfecta”. Su montura Honda y su talento, conjugados, no dan para más; la carrera perfecta es una séptima posición.

El piloto de Cervera hacía referencia de algún modo al margen que le ofrece a la fábrica japonesa de producir el cambio necesario para regresar al pasado, para volver a correr por victorias y títulos. Y esa oportunidad era el test de Misano un día después de la carrera, donde probó la versión inaugural de la moto de 2024. Ese examen significaba mucho para Márquez, que admite no tener claro su futuro inmediato, inmediato porque posee contrato en vigor hasta el próximo año pero no descarta cambiar de aires al término de la temporada actual. “Tengo plan A, plan B y plan C. Tengo las tres ideas muy claras, y claro lo que debe pasar para elegir una de ellas”, admitió al respecto, reconociendo además que el test “puede influir o no, depende”, en la decisión de permanecer o de abandonar Honda.

Era por lo tanto la ocasión de satisfacer al catalán, de convencerle de que Honda vuelve a tener un proyecto ganador. Sin embargo, el primer prototipo de 2024 defraudó. “Los problemas siguen siendo los mismos, pilotas diferente la moto, afrontas las curvas diferente, pero el rendimiento y el tiempo por vuelta, que es lo que manda en este deporte, sigue siendo el mismo. Si esta es la moto, estamos lejos, hay que cambiar muchas cosas”, declaró, proyectando más incertidumbre aún. Según afirmó después del test, la decisión la tomará entre el Gran Premio de India y el de Japón, es decir entre el fin de semana del 24 de septiembre y el del 1 de octubre.

El “se queda” de Joan Mir

Mientras, su compañero de equipo Joan Mir, que también afirmó que la nueva moto “no ha sido revolucionaria” y que “el problema principal persiste” –se quejan de falta de tracción al abrir gas, de la delicadeza del primer golpe de acelerador–, aumentó las especulaciones al publicar una foto en su cuenta de Instagram junto a Márquez con las palabras “se queda”, emulando el gesto de Gerard Piqué relacionado con la posible salida de Neymar del Barcelona. En aquel caso, el brasileño terminó mudándose al Paris Saint-Germain.

El éxito de Márquez con Honda y la falta de victorias de otros pilotos de la marca llegó a acuñar el término Márquezdependencia. Lo cierto es que desde que Márquez se lesionara en Jerez en 2020 hasta la actualidad, la fábrica ha protagonizado las dos peores rachas de su historia: ha encadenado 22 y 24 carreras sin ganar en dos etapas diferentes. Desde que Cal Crutchlow ganó un gran premio en 2018, ningún otro piloto de Honda que no fuese Márquez había conseguido una victoria hasta que lo ha logrado Álex Rins en este 2023. En Alemania 2022 y por primera vez en 40 años, ninguna Honda acabó en la zona de puntos en la categoría reina, y en Argentina 2023 no hubo una moto Repsol Honda en la parrilla de salida de la carrera. Pruebas del desastre.

Para Honda la continuidad de Márquez se antoja vital a juzgar por el pasado más reciente. Pero para retener a Marc ya no vale únicamente un suculento sueldo –cobra alrededor de 12,5 millones de euros al año–, sino también garantías de rendimiento. Aunque si Márquez decide abandonar Honda, las prioridades se invertirán. Sacrificará dinero por una moto competitiva. En los últimos días ha cobrado fuerza la posibilidad de que recale en el equipo Gresini para pilotar una Ducati junto a su hermano. La decisión está en sus manos.