La última vez que la RFEF elevó a la absoluta a un seleccionador sub-21 (Iñaki Sáez), España hizo uno de sus ridículos más espantosos en la Eurocopa de Portugal 2004. Y la última vez que Rubiales apostó por un técnico de la casa sin experiencia en clubes (Jorge Vilda), media selección femenina le hizo un plantón histórico... No sabemos qué hará De la Fuente, lo mismo suena la flauta, pero elegir a un técnico cuyo techo es la Segunda B es menospreciar a entrenadores bregados en el fútbol de élite, en la gestión de un vestuario con figuras y, sobre todo, con prestigio y arrestos para plantarse ante la caverna madridista, que querrá hacerle las convocatorias, las alineaciones y el sistema. Un vino de la casa habiendo por ahí marcas mucho más fiables.