Catorce ejemplares de diez caseríos se presentaron ayer en la décimo quinta edición del concurso de carneros de Malerreka, celebrado dentro de la Feria de Primavera celebrada en Doneztebe. Nueve de esos carneros de cara rubia, mutur gorriak, y cinco de cara negra, mutur beltzak, más escasos en la comarca. De hecho, ha habido ediciones en las que no se ha presentado ninguna cabeza de esta clase.

Mucha gente observó la calidad de los carneros presentados en la plaza.

Según el jurado, compuesto por el veterinario Alfredo Basterra, el zubietarra Patxiku Mitxelena y Xanti Uterga, remontista profesional y concejal de Doneztebe, el mejor ejemplar entre los de morro negro, al igual que el año pasado, fue el presentado por José Mari Inda, del caserío Zabaltenea de Donamaria, que se embolsó los 120 euros correspondientes al primer premio. El segundo premio, de 70 euros, fue para el carnero de Jose Miguel Lasaga, del caserío Porotxonea, también de Donamaria, y el tercer premio, de 50 euros, recayó en Juan Carlos Mindegia, del caserío Azkateko borda de Zubieta, hijo del mítico aizkolari Mikel Mindegia.

También hubo ganado vacuno y caballar.

En lo que respecta a los mutur gorriak, el primer premio fue para Isidro Bazterrika, del caserío Zubialdea de Ituren, también ganador el pasado año. El segundo premio para Jose Luis Mariezkurrena, de Etxenea de Ezkurra y el tercero, para Mikel Mendiburu, del caserío Etxekenea, de Zubieta. La cuantía de los premios en esta modalidad era la misma y además todos los ganaderos se llevaron 30 euros por participar en el certamen, que recibieron de manos de Leire Ortuoste, alcalde de la localidad.

Además del concurso de carneros, la Feria de Primavera en Doneztebe contó, fuera de concurso, con vacas, terneros y caballos y yeguas que se presentaron en Matxiketa, la Plaza del Mercado, lo que ayudó a animar una jornada que se desarrolló con un sol primaveral.

Diez artesanos

También colaboró en la animación que una decena de artesanos mostraran sus artículos en la explanada contigua y no en el atrio de la iglesia, algo lejano al meollo ganadero, como en años anteriores. El año pasado se probó la nueva ubicación y parece que ha llegado para quedarse. Así, se exponían, y algunas personas compraban, los trabajos de José Luis Olaizola e hijo, de Doneztebe, con grabados heráldicos; Malu Álvarez, de Eratsun, con joyería en plata; los dulces caseros, repostería y rosquillas de Lourdes Goñi Roskilule, de Doneztebe; los infalibres talos de Flora Santesteban, de Zubieta; la cosmética natural y macramé de Mari Mar Torrres, de Urroz; ropa, muñecos de trapo, bolsas de tela y plata a cargo de Larraitz Peral, de Zubieta; cosmética natural de Haizea Irigoien, de Lesaka; muñecos de barro en maceteros y piedras confeccionados por Santos Berasain, de Saldias; bolsas de tela y complementos de Kattalin Paul Juanikorena, de Donamaria; y los quesos de Agorleku, de Lesaka.