El alumnado de cuarto de la ESO del Colegio Padres Reparadores de Puente la Reina/Gares mostró este lunes una actividad de reutilización del desperdicio alimentario enmarcada en el proyecto Tejiendo puentes sostenibles.

La acción cuenta con la colaboración tanto del equipo directivo del centro escolar como de todos sus alumnos, alumnas y de todas sus trabajadoras del comedor además de los Servicios Sociales de base, de la Fundación Residuo Cero/Zero Zabor, de la propia Mancomunidad de Valdizarbe, del Consorcio de Residuos de Navarra y del Gobierno de Navarra con su financiación a través del Fondo de Residuos.

La actividad presentada tiene como objetivo aprovechar el sobrante de comidas en el comedor del centro escolar con todas las garantías de seguridad alimentaria para su posterior reparto por medio de los servicios sociales de Puente la Reina/Gares a aquellas familias que lo necesiten. El etiquetado, envasado y traslado de los alimentos lo realizará el propio alumnado voluntario del Colegio Público, tal y como mostraron en la presentación de este lunes.

“Estamos mostrando el proceso de cómo vamos a envasar y etiquetar la comida que sobra del comedor del colegio educativo para después llevar toda esta comida hasta las personas de la Mancomunidad que pueda necesitarla. Creo que es una buena forma de mentalizarnos y crear conciencia sobre el desperdicio”, aseguró Daniel Moreno, uno de los alumnos de cuarto de la ESO. “Este proyecto es muy importante porque a día de hoy se desperdicia muchísima comida en casa y en centros escolares, y de esta forma ayudamos a la gente que realmente le hace falta porque trabajamos los valores ayudando a los demás”, declaró Adaia Piñero, también alumna voluntaria del centro escolar.

El proceso

El desarrollo de la actividad de reutilización de los alimentos comienza en las cocinas del C.P. Puente la Reina/Gares y finaliza en la máquina frigorífica expendedora que se encuentran en los locales de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Base (Plaza Mena, Puente la Reina/Gares) pasando por el envasado y etiquetado que realiza el alumnado y se desarrolla y transcurre “con todas las garantías sanitarias involucrando, además, a diferentes agentes”, aseguran desde la Mancomunidad.

“En la primera parte participa el personal de cocina, que lo que hace es trasvasar esa comida sobrante en temperatura segura a los envases comportables y los termosella para pasarlos después al abatimiento. El abatimiento es llevarlo de una temperatura por encima de 65 grados donde las bacterias no se reproducen por el calor, a 4, que es la temperatura de nuestra nevera. Así le damos una seguridad necesaria para poder completar el proceso”, explicó Álvaro Saiz, propietario del proyecto de la Fundación Residuos Cero que se realiza por primera vez en la Comunidad Foral.

El papel de los escolares, además de ayudar en el proceso del abatidor, es el de colocar las etiquetas que contienen datos sobre la tipología del alimento, fechas de consumo, trazabilidad, instrucciones de uso y un código QR que amplía la información. Tras el proceso de seguridad, los alumnos y alumnas insertan los recipientes en una nevera portátil para depositarlos en la nevera frigorífica. Además, la iniciativa almacena los resultados sobre los alimentos rescatados en una base de datos.

El proyecto Tejiendo puentes sostenibles se lleva a cabo con los cuatro centros educativos de Gares y los Ayuntamientos de la zona. “Durante dos meses estamos realizando un montón de actividades que tienen que ver con la sostenibilidad y no podía faltar el desperdicio alimentario. Nos parece que es algo ético, moralmente, económicamente y ambientalmente. El desperdicio alimentario nos retrata como sociedad”, culminó Oscar Rubio, técnico de medio ambiente de la Mancomunidad de Valdizarbe.