Miguel Mari Irigoien Sanzberro se despide este sábado del Ayuntamiento de Etxalar después de 30 años de alcaldía. Tras esta larga trayectoria en Herri Taldea y a sus 70 años, considera que ha llegado el momento de pasar el relevo a Xabier Etxarte (Herri Taldea).

Su primer contacto con el ayuntamiento se dio en 1983, cuando entró como concejal. Cuatro años después, en 1987, fue nombrado alcalde de Etxalar por primera vez. 

Al echar la vista atrás, recuerda esos años en los que todo le resultaba nuevo. A pesar de ello, cree que pronto empezaron a acertar. “Yo veía muchas necesidades y además sintonizábamos mucho con la gente” relata. Esos primeros años, los inicios de la década de los noventa, fueron años de trabajo, mucho movimiento y mucha importancia. En 1990 se crearon las mancomunidades de Bortziriak, trayendo con sí la implantación y mejora de los servicios tanto de Etxalar como de la zona.

Desde ese momento y hasta el año 2005 siguió a la cabeza del ayuntamiento. A finales de ese 2005, salió del consistorio dejando la alcaldía en manos del hasta entonces concejal Patxiku Irisarri y en 2011, cuando se jubiló, volvió a presentarse como candidato. Así, volvió a ocupar el cargo que dejará este próximo sábado 17 de junio.

Durante todos estos años, confiesa haber “vivido de todo”. Uno de los malos momentos que recuerda especialmente son las fuertes inundaciones del año 2007 que causaron importantes destrozos en el pueblo y de los que “costó mucho recuperarse”. Pero en general, se lleva un buen sabor de boca con todo lo vivido durante tres décadas. “He estado muy a gusto, ha habido muchísimos momentos buenos” afirma. Al preguntarle por algún ejemplo concreto, menciona la pastoral de 2017, que creó “mucho movimiento en el pueblo que fue muy positivo para todos y todas”.

“Lo importante es hacer caso, escuchar y atender a los vecinos. Hay que actuar razonadamente y de manera generosa. Al fin y al cabo, un alcalde y un ayuntamiento están para eso"

Miguel Mari Irigoien - Alcalde de Etxalar

No cree que haya ningún secreto para mantener durante tantos años la alcaldía. Irigoien considera que lo que ha tenido ha sido “suerte y conexión con la gente”. “Lo importante es hacer caso, escuchar y atender a los vecinos. Si te vienen con quejas o necesidades, tienes que escuchar e intentar ayudarles. Seguramente tengan razón en lo que te digan, y es importante actuar razonadamente y de manera generosa. Al fin y al cabo, un alcalde y un ayuntamiento están para eso” defiende.

Haciendo un repaso de la evolución de la localidad en estos 30 años, considera que ha avanzado mucho. “En 1983, o en el 87, no había las infraestructuras que hay hoy en día. Se renovó la escuela, se han mejorado los caminos a los caseríos… Etxalar ha cambiado mucho y lo ha hecho a mejor” sentencia. Aún así, opina que sigue habiendo cosas que mejorar y retos a los que tendrán que hacer frente las generaciones venideras. En estos momentos, cree que el punto de mira debería de ponerse en los servicios de sanidad, ya que los de hoy en día los considera “escasos”.

"En 30 años Etxalar ha cambiado mucho y lo ha hecho a mejor”

Miguel Mari Irigoien - Alcalde de Etxalar

No obstante, defiende que “en Etxalar se puede vivir bien”. Con menos de 900 habitantes, el pueblo cuenta con los servicios básicos: farmacia, colegio, consulta del médico, tiendas, bares… Además, gracias a las mancomunidades de Bortziriak, también tienen acceso a los servicios sociales, de igualdad, de residuos, etc. De todas formas, Miguel Mari Irigoien no duda al afirmar que lo mejor que tiene es su gente. “Es un pueblo muy bonito y muy vivo, cada fin de semana hay algo diferente” añade orgulloso.

Miguel Mari Irigoien en el Ayuntamiento de Etxalar y junto a la bandera de la localidad Ondikol

A sus 70 años y tras dedicar 30 de ellos a esta localidad, cree que ha llegado el momento de descansar. Expresa sin complejos que siempre le ha gustado ser alcalde y además, se muestra contento porque siente que el pueblo se ha portado muy bien con él. No obstante, considera que ha llegado el momento de dejarlo y lo afronta “sin ninguna pena”. Llevaba tiempo avisando a sus vecinos que esta sería su última legislatura, y dice estar más que mentalizado.

En cuanto a sus planes de futuro, de momento y a corto plazo, son irse de vacaciones. Luego, ya se verá. Aunque aficiones no le faltan: el monte, la caza de la becada, los hongos… y tomar cafés en buena compañía. Este sábado Xabier Etxarte ocupará su puesto y Miguel Mari Irigoien está seguro de que aunque al principio puede que le cueste pillarle el truco, Etxalar queda en buenas manos.