La idea de poder compaginar y conciliar la vida familiar con el trabajo es lo que les llevó a los vecinos de Orbaizeta Amaia Chourraut e Iñaki Larrañeta a crear el proyecto Iratiko Kabiak, un complejo turístico rural de 6 cabañas colgadas de los árboles en medio de la Selva de Irati. 

Todo comenzó por mediación de un compañero de trabajo de Iñaki, quien le contó su estancia de un fin de semana en unas cabañas en los árboles. “Teníamos una nave, el terreno y un bosque para poder hacerlo”, dice un lanzado Iñaki. “Y a mí me animó que estoy al lado de casa y que puedo llevar a los txikis a la escuela, sin tener que trabajar en Pamplona”, añade Amaia. A partir de ahí y con pandemia de por medio, contactaron con constructores y arquitectos y comenzaron las casi interminables obras. “Lo más engorroso ha sido el tema administrativo. No había hasta ahora una catalogación donde encajáramos y la normativa nos ha obligado a hacer cosas no previstas en el proyecto”, lamentan.

Sin embargo, esas trabas quedan ahora disipadas al contemplar el resultado: un paraíso de 6 construcciones de madera mimetizadas en un bosque de robles y perfectamente encaramadas a los árboles. Y todo ello respetando las leyes de la naturaleza en un paraje aislado a 3 kilómetros del pueblo de Orbaizeta. “Queríamos generar el menor impacto medioambiental, así que elegimos el método menos invasivo. El árbol no sufre ni lo destruimos; la cabaña queda sellada como una rama más”, apostillan, alegando que han usado madera de alerce local talada según la tradición. 

Comodidades

Cual nido de pájaros (de ahí su nombre en euskera, ‘kabiak’), las 6 cabañas de madera se erigen a una altura de entre 6 y 10 metros y todas están unidas a través de una pasarela de madera de 400 metros que recorre un sendero circular con paneles informativos de la fauna y flora del bosque. Eso hace que el acceso a cada cabaña sea una sencilla rampa sin apenas desnivel. “A nuestros padres jamás se les hubiera ocurrido dormir aquí, pero al ver lo accesible que es, entonces cambia la cosa”, destaca Iñaki. 

Así, con una superficie media de unos 25 metros cuadrados, las seis casas Irati, Arpea, Txanttalan, Urkulu, Pettuberro y Arlekia cuentan con todas las comodidades ya que disponen de agua caliente, calefacción con estufa de pellets, electricidad, baño completo y conexión wifi, entre otros. Y en todas hay un elemento especial que las hace únicas: una cama con dosel, una cama saliente al balcón, un mirador o una disposición en dos plantas. “Lo que nos diferencia es que tenemos un baño normal con ducha, no seco. Al final es vivir una experiencia dentro de Irati y elevado entre los árboles, pero con todas las comodidades de tu casa”, señalan. 

Por un precio a partir de 190 € por noche, parejas, familias con niños mayores de 7 años o personas con movilidad reducida pueden disfrutar de estas coquetas casetas y desayunar contemplando desde la terraza un entorno sublime, rodeado de naturaleza y de fantasía hecha realidad. “Las vistas son muy chulas y casi todos los días se pueden ver ciervos desde aquí”, aseguran.  

Más aún, para quienes necesiten de vez en cuando pisar suelo, existe un espacio común en una borda recién arreglada, donde se sitúa la recepción de huéspedes y donde también hay un comedor-bar para las cenas, una zona de relax e incluso hay 3 habitaciones.

Entorno

Desde que Iratiko Kabiak se presentara en febrero en Navartur, la pareja ha notado mucha expectación. Una espera que por fin se hace realidad con la apertura oficial y con las muchas reservas confirmadas a través de la página www.iratikokabiak.com. “Ha costado, pero estamos ilusionados y con ganas de hacerlo bien. Agradecemos a la familia y a toda la gente que nos ha ayudado, sobre todo estos últimos meses. Sin ellos no hubiera sido posible”, dicen, agradeciendo también el apoyo económico del programa de Desarrollo Rural mediante fondos FEADER y el Gobierno de Navarra.

Desde este viernes, Iratiko Kabiak se suma a la larga lista de espacios singulares cada vez más extendidos, pero si hay algo de lo que pueden presumir es de ubicarse en plena Selva de Irati y de apostar por la sostenibilidad y la proximidad. “En los desayunos ofrecemos productos locales, hemos contratado a gente de la zona y también disponemos de visitas guiadas con un guía local. Siempre hemos tenido claro primar lo local porque somos de aquí y tenemos que cuidar lo nuestro”, concluyen.