La comunidad de Jaso Ikastola rindió el sábado un sentido homenaje a quien fuera una de sus fundadoras, principales mentoras y su primera directora, Kontxita Martinez de Lezea, histórica figura del ámbito social y cultural euskaltzale y activa impulsora del movimiento de las ikastolas en Navarra a principios de los años 70.
Martinez de Lezea falleció el pasado mes de marzo a la edad de 74 años, habiendo desarrollado una intensa trayectoria profesional, docente, cultural y social en San Fermin Ikastola primero y en Jaso Ikastola durante las últimas cuatro décadas.
La fiesta que familias, alumnado y docentes celebran anualmente en Jaso Ikastola estuvo el sábado centrada en este emotivo acto en memoria de Kontxita Martinez de Lezea. En el mismo participaron, además de la comunidad de Jaso, amigos y familiares de la propia homenajeada, a la que se sumaron integrantes de San Fermin Ikastola, también el director de la Federación Navarra de Ikastolas, Josu Reparaz, y destacados representantes, históricos y actuales, del movimiento de las ikastolas.
“Militancia, auzolan y activismo por la cultura vasca”
En palabras del director de Jaso Ikastola, Unai Arellano, “fue persona imprescindible en la trayectoria profesional de muchos de nosotros y nosotras, quienes conocimos lo que era la militancia, el compromiso, el auzolan, el activismo por la cultura vasca gracias a gente como ella, y en este nihilista siglo XXI donde nos encontramos sumergidos, sentimos la necesidad de volver a reivindicar todo aquello”.
En el acto de homenaje, en el que intervinieron también el director de la Federación Navarra de Ikastolas, un padre de la cooperativa de Jaso Ikastola y una familiar de la propia Kontxita, participó igualmente el coro de San Fermin Ikastola dirigido por Fermin Iriarte, al tiempo se proyectaron imágenes de la trayectoria de Kontxita, y la alumna Nerea Ikazategi interpretó un emocionante aurresku de honor.
Procedente de la localidad guipuzcoana de Tolosa, Kontxita Martinez de Lezea participó, de la mano de Jesús Atxa jauna, en la fundación de San Fermin Ikastola hace más de medio siglo y, asimismo, destacó como incansable activista en el impulso a las primeras ikastolas en toda Navarra, allá por entonces casi en situación de clandestinidad.
Posteriormente, fue una figura clave en el surgimiento de Jaso Ikastola en el barrio pamplonés de Etxabakoitz en 1980, habiendo sido alma mater de este centro y su directora durante sus primeros 18 años de andadura, en el que permaneció luego como profesora de Educación Infantil y en cuya vida comunitaria siguió participando, más allá incluso de su jubilación laboral, hasta su reciente fallecimiento.
