El Banco de Sangre y Tejidos de Tudela ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que, a lo largo de las próximas semanas, vaya a donar sangre y médula ósea. Afirman que se trata de un “verano flojo”, por lo que animan a todo el mundo que pueda a ir a donar porque “siempre hace falta” y “es muy importante”.

Ubicados desde hace más de 15 años en la calle Eza, aseguran que este año las donaciones han disminuido y temen que en agosto, un mes con menos actividad, las donaciones sean especialmente bajas. Por eso, apelan a la solidaridad ciudadana para que la gente acuda a donar, tanto los donantes habituales que llevan más de seis meses sin donar como los nuevos donantes que deseen iniciar el proceso. Además, les gustaría estimular las donaciones de médula ósea, mucho menores que las de sangre, y recuerdan que el centro está abierto todo el año, de lunes a viernes de 8.15 a 13.45 y los martes y jueves de 17.00 a 20.00, para que todo el que así lo desee se acerque a preguntar.

Bajo las manos de Carmelo, Eloísa y Leire (y sus agujas) han pasado cientos de riberos, la mayoría de los cuales son donantes habituales que llevan 15 o 20 años activos, por lo que son unos auténticos expertos. En palabras de Carmelo, “esto es como una familia y todos nos conocemos”, lo que facilita que “si alguien es más aprensivo o tiene alguna particularidad, le conocemos perfectamente”. Uno de esos veteranos es Antonio, que lleva más de 120 donaciones por aféresis y que esta mañana era uno de los pocos donantes que estaban en el centro. La aféresis es un modelo especial de donación en la que al donante se le extrae de manera selectiva uno o varios componentes sanguíneos (glóbulos rojos, plasma o plaquetas) y que dura de 45 a 70 minutos, mucho más que las donaciones de sangre que apenas duran un cuarto de hora. Sin embargo, Antonio acude, sin falta, una vez al mes, dando muestra de la solidaridad y compromiso de algunos ciudadanos con la donación.

Entre los motivos que explican la baja afluencia, desde el Banco de Sangre creen que la demografía está jugando un papel muy importante, ya que “hay cada vez menos gente joven”, por lo que piden a las nuevas generaciones que se inscriban como nuevos donantes, siguiendo la tradición de una comunidad como la navarra en la que “ha habido siempre un gran número de donantes”. Su objetivo ideal sería alcanzar las 2.500 donaciones que tuvieron en 2021 en las que, en plena pandemia, la gente tuvo una respuesta muy positiva. Ese año se alcanzó el récord de donaciones, que suelen rondar las 2.300 al año. Sin embargo, este año, a falta de cinco meses, no superan las 1.200, por lo que –de seguir así– se podría producir una disminución bastante significativa. En eso ha influido la ausencia de la administrativa del centro, que está de baja, y que se encargaba de recordar a los donantes habituales que ya habían pasado seis meses desde su última donación, por lo que creen que a muchos “se les está pasando venir”.

En general, “la gente habitual responde de maravilla”, pero les gustaría iniciar a más gente en el mundo de la donación. El proceso es bastante sencillo, solo hay que rellenar un breve formulario en el que se confirman algunas cuestiones personales como que no se tienen enfermedades graves, que no se ha viajado a lugares exóticos en los últimos meses o que no se ha realizado un tatuaje recientemente. Luego, se pasa a tener una breve entrevista con una de las enfermeras, en la que se mide la tensión y se extrae una gota de sangre para ver la cantidad de sangre de la que se dispone. Una vez comprobado que todo está correcto, se procede a la donación.

El momento del pinchazo es quizás el más desagradable, pero es solo un instante y el proceso entero no dura “más que unos quince minutos”. Algunos incluso se atreven a donar teniéndole miedo a las agujas, pero son personas a las que “les puede más las ganas de ayudar a los demás” o que han tenido familiares “que han necesitado una transfusión”. Además, desde el Banco aseguran que siempre se da algo de comer y beber a los donantes, por lo que los desmayos son “rarísimos” al estar el donante siempre “muy controlado”, negando así algunos de los mitos que giran en torno al procedimiento.

Cabe recordar que una persona normal renueva por completo sus glóbulos rojos en unos 120 días, por lo que donar sangre no afecta de ninguna forma a la salud y se puede realizar cada 3 o 4 meses sin problema. Por ello, defienden que cualquier persona sana que esté entre 18 y 65 años y se encuentre bien es perfecta para donar y animan a hacerse socios de un Banco que cada año “salva muchas vidas”.