El escultor Fernando Lesagibel ha realizado una reproducción del Castillo de Amaiur que ha donado al centro arqueológico de la localidad. Realizado con roble de Beintza-Labaien, donde reside el artista, tuvo la madera secándose durante tres años antes de ponerse manos a la obra. “Tres años no es mucho tiempo pero lo tuve muy bien cuidado” explicada Lesagibel. La idea de esta reproducción, por tanto, viene de varios años atrás.
El castillo de madera lo ha realizado empleando diferentes motosierras y formones. La principal motivación que lo llevó a plantearse este proyecto, cuenta, es lo que representa este castillo: “Es un símbolo de resistencia”, y afirma que tiene ese “sentimiento agramontés dentro”.
"El Castillo de Amaiur es un símbolo de resistencia"
Para que la recreación fuese lo más acertada posible, estuvo recogiendo diferentes dibujos que se han hecho del castillo, pero como ninguno lo acababa de convencer, finalmente decidió contactar con Juantxo Agirre, de Aranzadi, quien conoce muy bien las excavaciones del lugar. Así, consultando los diferentes aspectos con Agirre, ha creado la recreación de lo que es el “castillo primitivo”, “porque luego tuvo cuatro torres modernas y fue cambiando” aclara.
Durante el proceso de creación, Lesagibel se topó con algún que otro contratiempo. Cuenta cómo el árbol que eligió para llevar a cabo su obra “estaba muy sano” pero al empezar a trabajar en él, aparecieron grietas, señal de que “en su juventud debió de tener alguna herida”. Admite que esto lo desanimó mucho, pero echando la vista atrás, ahora incluso lo relaciona con el Castillo de Amaiur, que simboliza “las grietas de la historia”.
No es capaz de decir exactamente cuánto tiempo le ha llevado el trabajo pero cuenta que lo ha ido haciendo poco a poco. Con lo que no contaba el escultor era con un incendio que se declararía en su domicilio. “Acabé de trabajar y recogí todos los restos, los aparté y los dejé todos en un mismo lugar. Esa misma tarde hubo un incendio importante” recuerda. En el incidente se quemaron todos los restos y Lesagibel salió bastante mal parado. Sin embargo, sorprendentemente, no llegó a afectar a la escultura. Tras un tiempo en el hospital, al volver y recuperarse, su prioridad fue “llevar rápido la recreación del Castillo a Amaiur”. Ahora, la obra ya está en su lugar y el escultor se muestra satisfecho con el trabajo que le ha supuesto un “nuevo ejercicio”.
PRESENTACIÓN
Además de la obra de Lesagibel, durante la presentación de este viernes también se pudo ver el nuevo vídeo que muestra el castillo en 3D y que ha sido realizado por Iker Ibero.
La alcaldesa de Amaiur, Ixabel Aleman, explicó al inicio del acto que la idea de la presentación era “unir dos épocas”, juntando al “artesano y al artesano moderno”. A diferencia de Lesagibel, que trabaja “con sus manos”, Ibero ha utilizado la documentación y radiografías facilitadas por el pueblo de Amaiur para representar el castillo en 3D en su época más importante, “desde 1512 hasta 1522”, periodo en el que hubo “dos castillos diferentes”. En el acto no pudo faltar la mención a la Fundación Amaiurko Gaztelua, que estuvo representada por Patxi Urrutia.
Además, Ibero, de Virtualan, también participó describiendo el proceso de trabajo seguido. “Nos ha costado alrededor de un año y medio desde que empezamos a recoger la primera documentación. A partir de ahí comenzamos con las primeras técnicas de escáner digital aéreo del castillo, mediante un dron, para tener lo que son las medidas perfectas. Después, y sobre ello, fueron trabajando la recreación bajo las indicaciones de Aranzadi, Amaiur, Pello Monteano y Aitor Pescador”.
"Comenzamos con el escáner digital aéreo del castillo mediante un dron, para obtener las medidas perfectas. Después, y sobre ello, trabajamos la recreación bajo las indicaciones de Aranzadi, Amaiur, Pello Monteano y Aitor Pescador"
Así, han recreado el castillo en dos de sus fases, en 1512 y 1522. Una vez finalizado el contenido tridimensional, crearon un vídeo. “Una imagen vale más que mil palabras” aseguraba, y opina que en este caso se demuestra que la conocida afirmación es cierta. El objetivo es que el visitante tenga una idea clara de “cómo era el castillo en la época y se la pueda imaginar realmente”.
