La recogida de residuos orgánicos se incrementó en 2022, primer año de recogida durante los 12 meses, un 260% respecto a la que se realizó en 2021. Entonces había contenedores de orgánico aunque no eran accesibles para todos los habitantes. Con la implantación del quinto contenedor en toda la Ribera se ha pasado de recoger 340 toneladas en 2021 a las 1.225 que se recogieron en 2022, lo que significa un incremento de 885 toneladas más. Así, se ha experimentado en los últimos meses un importante aumento ya que en noviembre se registraron 115 toneladas y en diciembre 134, unas fechas que coincidió con la Navidad, pero también con el desarrollo de una campaña de difusión en octubre que costó 108.000 euros. Como comparativa sobre la acogida que han tenido estos contenedores baste ver que en enero de 2022 se recogieron 71 toneladas. Así se desprende del balance de la recogida selectiva de basuras de hace dos años que la Mancomunidad de Residuos de la Ribera ha dado a conocer este lunes.

Este importantísimo incremento llama más la atención cuando la tendencia de ese año, a excepción de los residuos industriales, fue de un importante descenso en todos los parámetros: resto, papel, envases, vidrio, voluminosos, ropa y calzado, hasta el extremo de que en 2021 entraron en El Culebrete 41.800 toneladas y al final de 2022 se habían registrado 40.746, un 2,52% menos (1.054 toneladas). Este dato de por sí sería bueno por haber recibido menos basura pero se oscurece al saber que de todo lo que llegó se recicló el 55,1%, por lo que se enterró en vertedero un 44,9%, unas cifras peores a las de 2021 en que se enterró menos (un 44,1%) y se recicló más, un 55.9%.

De la basura recibida se recicló el 55,1%, por lo que se enterró en vertedero un 44,9%, peores cifras a las de 2021 en que se enterró un 44,1% y se recicló el 55.9%

Los residuos industriales, los únicos que crecieron junto al orgánico, se incrementaron en un 5,5% (1.580 toneladas más) hasta llegar a las 30.264, frente a las 28.684 de 2021. Muy lejos de todas formas de las cifras récord que se registraron justo antes de la crisis de 2008, 60.998 toneladas; es decir lo de 2022 es un 51% inferior a lo de hace 16 años.

En descenso

Entre los parámetros que han descendido se encuentran los del resto, contenedor verde (un 5,4%, 1.669 toneladas menos) que registró 29.033, por las 30.702 de 2021. También el papel con un descenso del 2,6% hasta las 3.433 (con lo que se frena la subida que se experimentaba desde 2016 hasta los 3.528 toneladas de 2021). En la misma situación están también los envases que se redujeron hasta las 2.329 toneladas (un 3,44% menos), lo que significa que se tiraron 25,8 kilos por habitante, cuando en 2021 fueron 2.421 toneladas totales.

En el vidrio el descenso es menor (apenas 12 toneladas menos) pero donde se hizo más evidente es en la recogida de voluminosos, que se disparó tras la pandemia y el confinamiento. En 2022 se recogieron 2.193 toneladas, un 19% menos que las 2.708 de un año antes, cuando el máximo registrado fueron las 3.396 de 2020, cuando tras el confinamiento las familias se deshicieron de muchos objetos que les molestaban después de pasar tanto tiempo en casa. Finalmente en ropa y calzado se produjo una de los mayores caídas con el 15,2%, pasando de las 192.585 toneladas de 2021 a las 163.314 de 2022.

En total las localidades que están integradas en la Mancomunidad de la Ribera depositaron 450 kilos de basuras por habitante en 2022, 10 kilos menos que en 2021. Estas cifras significan que cada vecino de la Ribera depositó al día 1,23 kilos en los contenedores.